domingo, mayo 30, 2010
MACHETE, de Robert Rodríguez, el trailer
domingo, mayo 16, 2010
¿No es hora de las calles ya?

Corrupción como ingrediente de la nueva vida democrática
Por Ybrahim Luna
Indiferencia. Tolerancia. Coexistencia. Ambivalencia. Pero sobre todo, simbiosis.
¿Nos hemos convertido en una sociedad que alienta inconcientemente la corrupción como forma de vida?
En buena cuenta, sí. Los gobiernos que hemos sufrido nos han acostumbrado a que la corrupción sea un sinónimo de vida política o institucional. Y nos han acostumbrado a tal punto que poco a poco nos hemos desarmado y desembarazado de la ecuación: acción – reacción.
Lo que nos ha quedado, claro está, es la siempre permisible indignación: un sentimiento tan pesado y maleable como el plomo. Entendiéndonos, la indignación es mi respuesta ante los hechos. Pero el problema es que ya casi nada trasciende más allá de ese sentimiento primario de corta duración. Me indigno porque es lo políticamente correcto. Me indigno porque eso demuestra que no soy como ellos. Me indigno, en buena cuenta, porque soy peruano y eso es lo mejor que sé hacer. Me indigno porque no sé qué más hacer. Pero no me pidas que salga a la calle, que hable en voz alta, que escriba algo o interponga una demanda. Esa no es mi función. Soy ciudadano, nomás.
Algo así como: reconocer una adicción es el primer paso para el tratamiento, pero solo eso, de ninguna manera es la cura definitiva.
Es como la piedra en el camino que genera la incomodidad de todos pero que nadie retirar porque no quiere rebajarse.
Nos hemos acostumbrados a actuar solo en situaciones límite, como las que genera una dictadura (como la fujimorista, por ejemplo). O sea, cuando tenemos la personificación de lo incorrecto en un agente bien identificable: El Chino.
Entonces la energía acumulada de nuestra actitud puede definir un blanco, un rostro visible, y desfogar su frustración en la más espontánea expresión popular. Y es que más que el pecado mismo, lo que parece enervarnos más es el cinismo del pecador, por ser ofensa de tipo personal.
¿Pero qué ocurre lo mismo en democracia? La respuesta es clara: NO
Tristemente se puede confirmar el adormecimiento zombi que genera un supuesto estado democrático. Digamos que la identificación del malo y el bueno se hace más difícil, o simplemente aburrida, y entramos, entonces, en el círculo de la indignación al paso y el olvido veloz, en el sopor cotidiano de acostumbrarse a una cuota aceptable de sabandijas, a imbuirnos en el circuito de que “todo en este gobierno está podrido pero al menos la economía avanza”.
Las protestas, las calles y la acción parecen exclusivas para las dictaduras evidentes, las de botas y macanas. Si un gobierno democrático es tan o más corrupto que uno militar, ya no parece importar tanto, al fin y al cabo se irá en cinco años. Además, lo que cuenta es que haga obra, que robe pero que haga obra, que robe pero que mantenga encaminado el exitoso rumbo económico, el resto será anecdótico y referencial. Además, para qué las calles si tengo el Facebook y el Twitter para mis campañitas civiles.
Hablando de las calles. ¿Cuándo volveros a pisarlas? La corrupción va a terminar destruyendo lo poco logrado, la democracia se tomará por disfuncional. Para salir afuera no necesitamos mayor excusa que la indignación civil. Estamos dejando pasar todo. Después no nos quejemos. Estamos dando malas señales y pésimos ejemplos: la presión social es solo para autoritarios con boina y borceguíes. Para corruptos de cuello y corbata, en democracia, aguantar nomás. Qué se va a hacer.
Este 5 de junio, conmemorando el Baguazo, los pueblos indígenas awajun-wampis realizarán una protesta pacífica en la misma Curva del Diablo en donde tuvo lugar la tragedia. Quizá sea bueno seguir ese ejemplo en el resto del país.
jueves, mayo 13, 2010
¿Se vienen problemas con lo de la Universidad Autónoma de Chota?

lunes, mayo 10, 2010
Reseña de "Criador de Pilotos" en el diario El Peruano
domingo, mayo 09, 2010
Bachata en Fukuoka, lo nuevo de Juan Luis Guerra
viernes, mayo 07, 2010
Marco Arana ganó Premio de la Paz en Alemania

(Vía La Mula.pe): "Marco Arana, sacerdote, líder del movimiento Tierra y Libertad y candidato a la Presidencia de la República, acaba de ganar el Premio de la Paz 2010 que otorga la ciudad de Aquisgrán – Alemania. La organización del premio elogió al ecologista llamándolo un “defensor convencido de la vía pacífica”.
Arana maneja la asociación “Gufrides” y desde allí denuncia ciertos hechos que causan malestar entre las personas y naturaleza, así como los proyectos mineros que atentan contra la preservación natural en Perú. Con el apoyo de su asociación ha reclamado también indemnizaciones para los agricultores cuyos terrenos se ven afectados por las extradiciones.
El Premio de la Paz, se entrega en septiembre, y está dotado con 2.000 euros".
PRONUNCIAMIENTO FRENTE AL PROYECTO DE LEY DE CREACIÓN DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE CHOTA
