En el Censo, como se habrán dado cuenta, no hubo lugar para los agnósticos, ni para la diferencia religiosa. Si alguien respondía: Católica (religión); le decían: ¿O sea, evangélica?.
Mucho menos existió la opción: AGNÓSTICO, sino, OTROS; metiendo a todos en un mismo costal. Creo que sí es necesario e importante medir el pulso de creencia y fe de un país (o de la falta de este) para saber por dónde va su esperanza de futuro. Los agnósticos no son malos, en serio.
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