Por siempre y para siempre, los reyes de la cumbia, ¡¡¡Néccccctar!!!

Y se cerró un capítulo para abrirse otro. Los cuerpos de nuestros compatriotas ya descansan en su propia tierra. Y sus seguidores los despidieron entre nostalgia y resignación. Un capítulo de tristeza se cierra, y se abre otro que trascenderá al tiempo como leyenda popular.

La noticia vía El Comercio:


En medio de la congoja sepultaron restos del desaparecido grupo Néctar
Más de cinco mil personas les dieron el último adiós en Acho y en Huachipa. Integrantes de la agrupación musical seguirán unidos en diez tumbas vecinas

Por Alberto Villar Campos
En medio de un silencio roto solo por los entrecortados sollozos de los deudos, y en compañía de unos tres mil seguidores llegados desde varios puntos de la capital, los diez féretros del grupo Néctar --que arribaron al país desde Argentina la noche del sábado-- fueron velados desde tempranas horas de ayer en la plaza de Acho.
Intermitentemente, los féretros de Jhonny y Enrique Orosco, Miguel Porras, Ricardo Hinostroza, Pedro Saavedra, Juan Carlos Marchand, Daniel Cahuana, Pascual Rayme, Myriam Orillo y Óscar Orrillo Marín (estos dos últimos llegaron pasado el mediodía) arribaron al coloso de Acho desde las 7:30 a.m., luego de haber pasado la noche en casas de sus familiares, donde la población también les rindió sentidos y merecidos homenajes.
Una hora antes, cientos de fanáticos se habían agolpado ya en las inmediaciones del bicentenario coso de Acho con el objetivo de dar el último adiós a una banda musical que se ganó el corazón del país y cosechó, asimismo, éxitos en Argentina y Bolivia.
Estos hicieron su ingreso al escenario taurino minutos antes de las 9 a.m., en medio de un estricto control policial y siguiendo una fila encuazada por barras de seguridad que impidieron cualquier brote de desorden al interior del recinto.
Las medidas de seguridad desplegadas por la Policía Nacional del Perú para el responso (o rezo por los difuntos) incluyeron un contingente de aproximadamente dos mil efectivos, dispuestos desde las primeras horas del día tanto en el interior como en el exterior de la plaza de Acho.
Asimismo, se hicieron presentes 75 bomberos de la Cuarta Comandancia Departamental de Lima y un grupo de 20 brigadistas del Ministerio de Salud, quienes resguardaron en todo momento la plaza ante posibles imprevistos. Tanto en el interior como en el exterior se congregaron unidades de rescate de los bomberos, ambulancias y otros vehículos de auxilio médico.
Hasta allí llegó también la fiscal provincial del delito de Lima, Lita Loayza Alfaro, quien verificó el cumplimiento de las medidas de seguridad dentro del lugar.

NÉCTAR VIVIRÁ EN EL PAÍS

Desde las 9 a.m. hasta aproximadamente las 2 p.m., unas tres mil personas llegaron hasta el coloso de Acho para dar un sentido adiós a los integrantes del desaparecido grupo Néctar. En el lugar se hicieron presentes también algunas figuras musicales, quienes expresaron las respectivas condolencias a los deudos. Uno de los más reconocidos fue Deyvis Orosco, hijo del fallecido líder de la agrupación, quien en todo momento agradeció el apoyo brindado por los fanáticos, el Estado y la prensa.
Una breve oración fue presidida por el padre Martín Sánchez, quien instó a la población a mantener vivo el recuerdo de Néctar que "vivirá en el país".
Tras las exequias, los diez féretros partieron en una caravana hacia el cementerio Mapfre de Huachipa, donde los esperaban aproximadamente 2.500 personas y donde se iniciaron los actos fúnebres a las 3 p.m.
La misa estuvo a cargo del padre polaco Bogdan Michalski, de la parroquia Santa María de Huachipa. En medio de los aplausos del público congregado alrededor de los féretros y las lágrimas de los deudos, el religioso pidió a Dios por los músicos trágicamente fallecidos. "Muestra tu redención a estos hermanos que salieron inesperadamente de nuestro mundo", dijo.
Antes de las 5 p.m., y tras 57 días de acaecida la tragedia que enlutó al pueblo peruano, los féretros fueron sepultados, uno junto al otro. Al final, la muerte no pudo separarlos.