Disponíame a asumir mi realidad de todos los viernes por la noche, dormir temprano flanqueado por unas bolsitas de Cuates y mi infaltable Guaraná de 1 sol, cuando un rectángulo celeste se instaló en la parte inferior derecha del monitor de mi antiquísima PC. Un e-mail. Seguramente más Spam, el cual debí haber eliminado sin mayor demora registrándolo como Correo No Deseado. Pero algo había en el remitente que me generó cierta curiosidad: “Mirlo Negro: el POTO es la clave”. Abrí el correo que prometía -por deducción peruana- un catálogo de nalguialegres muestras humanas, femeninas de preferencia. Pero no. Eran links que redirigían a los AUDIOS de doña Lulú colgados en YoteTube, que todos ya conocían porque habían sido publicados hace días por un tal Beylys en televisión.
¿La novedad?
Este correo del amigable Mirlo Negro traía una frase sobrecogedora y según él, reveladora: “la chicha se toma en poto”. Esto activó la zona neuronal que controla mi olfato detectivesco e hice una relación inmediata con un lugar: Piura.
Dónde más sino en esa cálida ciudad norteña donde se homenajea al noble arte de tomar la chicha en el asiento de la calabaza. Sí. Pero qué tenía que ver Piura. Recordé que un amigo contaba haber visto al mismísimo Cruxillat en dicha ciudad. La nalga, digo la cosa iba tomando forma. Claro, Cruxillat, una man de las telecomunicaciones tenía toda la logística y el dinero para los chuponeos, y el arrojo para los chantajes. Pero ¿qué lo motivaba?
Con el poto no se juega. Poto dignidad, clamaba la gente por las calles limeñas, fenómenos que pronto se extendió a todo el territorio nacional.
Mi inicial teoría se derrumbó cuando el mismo Cruxillat desmintió, desde la clandestinidad, tener algo que ver con el POTOgate. Se lo oía convincente y sin ganas de jugarse con algo tan sagrado para los peruanos: la nalgamenta del imaginario colectivo. No pues.
Habíamos regresado al inicio. Confieso que no pude dormir días completos pensando en el poto.
Entonces, otro agente hizo su ingreso en el caso en cuestión: PPK2, un conocido economista de Lesotho nacionalizado peruano. Y lo hizo con la pierna en alto, diciendo que si la candidata a
Creo que muchos de ustedes intuyen el inesperado final. Pero para ello aún falta tiempo y sobre todo pruebas fehacientes.
Algo es seguro, la hiper-producción de potos piuranos tendrá un mercado seguro y no se perderá la inversión desmesurada y calenturienta que poderosas y oscuras transnacionales hicieron en tan noble arte manual. Vayan sacando sus conclusiones.
(Esta historia continuará…)
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Sí, sí, es broma
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