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Mitos sobre la conflictividad social
By A. Ele on 11:45 a.m.
En Perú, tras la tragedia del ‘Baguazo’ en el 2009, los principales medios de prensa hicieron un mea culpa y hablaron de la necesidad de voltear la mirada “hacia dentro”. Hablaron, también, de inclusión social como de una nueva área en el organigrama de los medios de comunicación. Obviamente todo quedó en nada. En buena cuenta porque eso no daba, ni da, rating. Salvo cuando se producen más de cinco muertos en un enfrentamiento; entonces sí resulta relevante.
Los conflictos sociales, según las estadísticas, van en aumento. Y no parece existir una política de prevención o estrategia que estreche las distancias entre las realidades peruanas en choque. Esto, en parte, porque no se entiende a cabalidad la naturaleza de los conflictos, que en nuestro país, en buena cuenta, son conflictos socioambientales.
Uno de los mitos más comunes de estos fenómenos es que siempre el pueblo, la comunidad o el sindicato están del lado equivocado; pero nunca así la entidad mayúscula, la empresa o el Estado. Se percibe que el descontento es un sinónimo de la ignorancia de los peruanos que no saben valorar “las bondades” que viene a brindar la gran empresa, y que lo único que falló en esa convivencia fue la mala o tardía publicidad de los beneficios.
Pocos se detienen a analizar el porqué de los reclamos de las comunidades. Y más bien recurren a otro lugar común que dice que los ciudadanos no actúan solos, sino movidos como borregos por oscuros intereses personales y políticos de dirigentes en la sombra. Esta teoría se basa principalmente en la idea de que los protestantes carecen de capacidad de discernimiento sobre su propia realidad, en pocas palabras: no tienen inteligencia suficiente, y son además altamente influenciables por cualquier prédica violentista. ¿Cómo creen que toman las comunidades este análisis? Como un insulto, por supuesto. Consideran humillante que los etiqueten como un rebaño incapaz de conocer su propia realidad o las bonanzas ofrecidas. De allí que la gran prensa, y sus corresponsales sobre todo, no la pasen nada bien en las zonas en conflicto.
La prensa casi nunca suele cuestionarse sobre si los “oscuros intereses” también son propios de la gran empresa, que sí tiene millones en inversión y en futuras ganancias.
Entendiéndose que el pedido común de las corporaciones cuando hay algún conflicto es que el Estado actúe y restablezca el orden “a cualquier precio”. Entonces, ¿de qué lado hay más intransigencia?
Cierto es que hay muchos dirigentes políticos que buscan hacer su agosto con la ira popular, pero no lo podrían hacer si no existiera, en primer lugar, dicha ira.
Otra idea común es que para llegar a un acuerdo, incluso antes de instalar una mesa de diálogo, es necesario resolver el clima de tensión al mismo precio del costo; osea, desalojar el bloqueo de tal carretera tomada dando un “lección ejemplar”, “que no se vayan sin recibir su merecido”, porque de lo contrario se pone en riesgo la expectativa de nuevas inversiones. Y entonces llegan los gases, las balas y los lamentos para que luego todos pontifiquen sobre inclusión social, otra vez.
Tomar una carretera es un delito, se sabe. ¿Pero alguien se ha puesto a pensar si esos peruanos son locos que se sientan en medio de los caminos para boicotear el tan anhelado progreso? ¿Son los peruanos tan insensatos como para ponerle trabas al progreso y al desarrollo?
¿O será que ellos sí conocen a fondo su realidad y saben lo que es mejor o peor para ellos?
¿Alguien se animará a crear una maestría en periodismo en conflictos sociales?
Nacidos para tener miedo del Miedo
By A. Ele on 11:07 p.m.
Los dueños del poder necesitan que tengamos miedo para emascularnos a todo color en un contrato público. El miedo nos paraliza. El miedo es la razón de nuestras ropas, antes pieles, antes pelaje. El miedo es la punta de nuestras armas, cada vez más letales.
El miedo es lo cada mandatario anhela. El miedo es lo que los empresarios difunden a través de la prensa. El miedo es el mejor aliado de la estupidez, su combustible favorito.
El miedo a verse mal es la Biblia de la moda. El miedo a ser un monstruo es la delicia de los cirujanos de Azángaro y los proveedores de aceite de avión. El miedo a tener un miembro pequeño es la génesis de los psicólogos.
Todo miedo o terror viene mayoritariamente de los noticieros y va hacia ellos, de frente o transmitidos por incesantes cortinas de humo.
El miedo es el eje motor de la humanidad. Los miedos pueden más que las certezas y las estrenadas valentías. Los temores a no encajar son más fuertes que la identidad. Y si no fuese por los miedos, hasta podríamos ser mejores personas.
El miedo debe ser inoculado como vacunas infantiles, en pequeñas dosis, para acostumbrarnos progresivamente. Debemos temerle a las arañas, a los ruidos, al profesor, al director, a los compañeros, a los padres, a las madres, a no tener la cuota mensual, a apellidarse diferente, a no tener zapatillas nuevas, a no poder hablar en público, a no responder el clase de matemática o geografía. Miedo a tener un rojo en la libreta, un once en la palmeta, un año repetido en la reputación. Miedo al futuro inmediato.
Miedo a no ser querido, miedo a ser rechazado por la mujer más linda y la más fea, miedo a ser deformes en la adolescencia, al acné, a la soledad de un libro. Miedo al alcohol y al tabaco, miedo a no encajar en la tribu, a tener mal aliento, a perder el cabello prematuramente, a no ser popular, a perder la razón.
Miedo a no encontrar trabajo, miedo a perder el trabajo. Miedo a comprometerse, miedo a luchar en vano, miedo a la impotencia, miedo a la rebeldía, miedo a los hijos.
Miedo de los que son igual a mí, miedo de la inseguridad ciudadana, miedo de la Bolsa de Valores, de los outsider, del cambio y el reclamo justo, de la igualdad, de la libertad, de la panza, de los triglicéridos, de la pensión y los recibos.
Miedo de que los hijos vayan por el camino incorrecto, miedo de que la mujer con la que uno se casa termine odiándonos a muerte por su propia vejez, miedo de a atravesar otra crisis de edad, miedo de perder las pocas concesiones que le robamos a la criollada, miedo de dejar de ser un derechista o izquierdista asolapado, miedo de los secuestros al paso, miedo de que tu barrio no tenga rejas, miedo de esos comunistas que quieren igualdad, miedo de los caviares, miedo de las ONGs, etc.
Miedo a la muerte, miedo a perder la herencia, miedo a la calavera, miedo de todos los Velascos y Morales Bermúdez, miedo de Dios y del Diablo, miedo a la última soledad, miedo al más allá y a la reencarnación animal, miedo de que nuestros nietos nazcan con nuestros mismos miedos.
Miedo del miedo, porque sin el miedo correríamos el terrible riesgo de ser nosotros mismos: seres humanos.
Suicidio, como tragedia y ¿derecho?
By A. Ele on 4:58 p.m.

Entrada la noche, llega un familiar. La madre. Un ser delgado e inmutable, con un gesto de tristeza apenas cosido al rostro.
Nos enteramos, luego, que dicha paciente tiene ya tres intentos de suicidio en su historial, y todos con el mismo supuesto motivo: decepción amorosa. En esta oportunidad, también se la salvó gracias al lavado gástrico que la desintoxicó de las 60 pastillas que había tomado como pasaje definitivo hacia la otra orilla.
En el rostro de la madre había un cansancio ecuménico; religioso, por decir lo menos. La gente se preguntaba si esa mujer, esa familia, esos seres humanos, habían perdido la batalla y se habían resignados a esperar que “esta vez” -por fin- el despido fuese definitivo.
¿Quién puede indagar en las entrañas del ángel?
Reacomodando las conceptualizaciones, ¿no es acaso el suicido nuestro único derecho racional, incluso más allá de lo que planteen las concepciones cristianas sobre la vida?
En el 2005, consultamos vía e-mail con el polígrafo Marco Aurelio Denegri, a propósito de una novedosa versión sobre el deceso del escritor norteamericano Edgar Allan Poe, publicada en la colección “Grandes Figuras de la Humanidad”, pág. 200, que decía: “el diagnóstico escrito del médico que lo asistió, el doctor Moran, atribuía el deceso [de Poe] a una congestión cerebral causada por el agotamiento y el frío. La verdadera causa de su muerte fue la miseria”.
La respuesta del reconocido polígrafo fue: “De mi consideración: Que uno muera de miseria o de borrachera es lo secundario. Lo primario es el proceso autodestructivo, que en Poe es clarísimo. Se ha dicho –y con razón– que la mayoría de los hombres no muere, sino que se mata. Es cierto”.
Todos los hombres nos matamos. De a pocos, en pequeñas dosis. Concientes de ese criterio de oscuridad al que acudimos cada día de supervivencia entre la rutina y el deseo, entre las decisiones postergadas de ser feliz y la realidad de clavos sobre la que hay que dormir como faquires, entre el anuncio publicitario del Paraíso y la reyerta vallejiana de los húmeros.
Al no ser felices, al no buscar ser felices, al no lograr ser felices, caminamos por el patíbulo en cámara lenta.
El 19 de abril 1999, los adolescentes Eric Harris y Dylan Klebold se suicidaron tras asesinar a trece personas (doce alumnos y un profesor) en Columbine High School, EE.UU.
Muchos señalaron a la banda de rock Marilyn Manson como instigadora mediática de un sentimiento criminal y suicidad en los adolescentes norteamericanos. Michael Moore, en su documental “Bowling for Columbine”, habló con el líder de la banda, y le preguntó: ¿Si pudieras hablar con los chicos de Columbine qué les dirías? La respuesta del músico fue: “No les diría una sola palabra. Escucharía lo que ellos tienen que decirme. Eso es lo que no ha hecho nadie”.
¿Qué es el suicido? ¿Acaso la única respuesta al silencio de todas las soledades? ¿La respuesta al eco?
En 1998, el español Ramón Sampedro se liberó de su tetraplegia de casi tres décadas tomando cianuro potásico diluido en agua a través un sorbete. Antes intentó pedirle el derecho de su muerte al Estado, pero éste se lo negó. Al final, una amiga lo ayudó a preparar la bebida. La muerte de Ramón inspiró la película ganadora del Oscar, “Mar adentro”.
¿A quién le pertenece la vida? ¿Al Estado, a la Sociedad o a Dios? A veces, el Poder Judicial no nos da la solución, pero no estira la soga con nudo por debajo de la mesa.
La mujer del pasillo de emergencias nos recuerda de algún modo al personaje Delia; y su familia, a los Mañara, del cuento Circe de Julio Cortazar: “Oía jadear a los Mañara, le dieron lástima por tantas cosas, por Delia misma, por dejársela otra vez y viva. Igual que Héctor y Rolo se iba y se las dejaba. Tuvo mucha lástima de los Mañara que habían estado ahí agazapados y esperando que él —por fin alguno— hiciera callar a Delia que lloraba, hiciera cesar por fin el llanto de Delia”.
Perú Chicha
By A. Ele on 4:52 p.m.
El Perú es una valla alta que la mayoría prefiere pasar por debajo y sin usar garrocha. Y esa valla no es más que un tibio sentido común que pecha por hacerse luz en medio de tanta niebla.
Somos un país creativo para todo. Saboréese un frito con ceviche con su Inca Kola. Para todo, cierto, menos para pasar dicha valla por encima. El truco, el chiste de siempre, consiste en jugársela por debajo, como ya se dijo. Utilizando todo el potencial evolutivo posible, o sea la sobreestimada y ya legalizada ‘criollada’. Y obvio que esa criollada es chicha: los incautos y víctimas de la criollada son chicha, el Perú es -y a más no poder- chicha, y la política por definición es chicha, usted es chicha, somos chicha.
Entonces, asalta una inquietud sociológica resumida en el dilema más cotidiano de los que temen dar EL Mal Paso: ¿Lo chicha puede ser huachafo? La respuesta refresca los humores erizados: no necesariamente, y sí potencialmente. Y es que la respuesta descansa en nuestras manos, o en su defecto, en nuestras narices. Mirar la pajilla en el ojo ajeno y no el eucalipto en el propio.
Lo chicha, más que un exotismo social, un género musical, una bebida, es una filosofía de vida, un símil del universo, una religión tropical, una maestría en psicodelia urbana. En resumen, el arte de ser uno mismo y a la vez nadie. Porque nada es más socialista que lo chicha. Nada más imparcial que lo que no tiene género. Chicha eres, chicha serás.
Abordando algunas referencias académicas sobre el tema se podría entender el fenómeno Chicha como una “expresión resultante de la fusión cultural de la sierra y la costa, y de su peculiar adaptación en el proceso migratorio” (no buscar reseñas, no las vais a encontrar), lo que significaría que las polladas –señorita Laura- son iconos tangibles y olorosos de ese fenómeno.
Un hombre al borde de la esquizofrenia social cruza frente a una pared llena de afiches coloridos y superpuestos que anuncian conciertos en la Carretera central ¡este domingo, domingo! Además, una combi lo ha eructado media cuadra antes de su paradero -pie derecho, pie derecho-, un tipo le ha ofrecido unos lentes Ray-Ban originales a diez soles nomás. Al hombre le late una arteria en el ojo como avisando que va a llover; pero NO. Resulta ser una premonición más compleja, algo que se aproxima desafiante entre las calles parchadas: un tico con una inmensa oreja kepí en su endeble parilla, perifoneo urbano a todo volumen y volantes monocromáticos cayendo sobre el asfalto: “¡Atención! Acalde hará entrega de carrito sanguchero a damnificados que lo perdieron todo”. Una portátil aullará a favor del burgomaestre chicha.
La política es chicha porque es una farsa colorida de los espeso y gris que es nuestro país en realidad.
El periodismo es chicha porque nace de la improvisación y del clientelaje que pueda captar.
El que escribe esto es chicha.
O como diría alguien de buen gusto y criterio militante: “Chicha son los antropólogos que definieron el calificativo chicha. Chicha es lo solemnemente huachafo, lo exagerado, lo kitsch. La estética andina está bien: la estética chicha da calambre al ojo. La cultura chicha no es una fusión entre lo urbano y lo andino, pues una fusión es armónica y lo chicha es un choque violento. Lo chicha es el resultado de ese choque de culturas, el hijo sociológico de las migraciones que no tuvo tiempo de formarse bien”.
Colaborando con la WEB del diario La Republica.pe
By A. Ele on 1:40 p.m.
Vengo colaborando desde hace un par de meses con la sección CULTURAL de la Web del Diario La República.pe
Pueden leerme todos los jueves en la columna "Hotel de Paso".
Algunas colaboraciones anteriores, AQUÍ
Confesión de parte
By A. Ele on 3:10 p.m.
A estas alturas, todos sabemos que Alejandro Toledo será el próximo presidente del Perú, y que el fujimorismo, esa patología social, será una fuerza importante -determinante- en el Congreso. Lo que significará que la próxima legislatura estará llena de tranzas y goyerías en pro de “la gobernabilidad”.
Por lo que resulta en vano discutir los temas que la prensa rebota como agenda fundamental para “conocer a tu candidato”. Como si no los conociéramos ya. De qué sirve hablar del indulto, del aborto, de la despenalización de las drogas, de la pena de muerte, cuando solo sirve para echar bajo el tapete los verdaderos temas que sí significarían un cambio en el rumbo de este país. Hablo de la política económica, de cómo superar la exclusión social, de los accesos a los servicios básicos de salud, vivienda y educación (a través de sueldos dignos en el sector público), de la posición del Estado frente al medioambiente y a las mineras, de cómo devolverle la dignidad al pensionista y a los campesinos que ven sus violadas sus tierras por grandes trasnacionales, etc.
Que si el candidato se afeita la axila o si es gringo o si estudió en Harvard o si es gay o si se mete coca, me interesa un pepino. La mayoría representa la misma visión de la economía, ya sea Keiko, Toledo, PPK o Castañeda. Digamos que a los empresarios y a la derecha de este país le da lo mismo: “que salga cualquiera”, han de decir desde su comodidad. Salvo, claro, que sea un candidato con demasiado roche en el tema de los derechos humanos, ahí se ve feo, no tan liberal de primero mundo como quisieran; por lo demás, todo bien. Recuerden que la derecha de este país nunca deslindó del todo con Fujimori. Y creo que no le haría ascos a convivir nuevamente con un Fujimori por otros cinco años. o más.
Ollanta Humala representa un experimento tan fallido que ni siquiera él –estoy seguro- sabe a quién representa.
Tengo fe en Rodríguez Cuadros, aunque sé que este país no es para candidatos intelectuales. Por eso digo que tengo fe,… fe de que saque más del 4% en estas elecciones. Es la mejor opción, hasta ahora.
Serán unas elecciones aburridísimas porque ya sabemos el final. Solo nos queda entretenernos con esta mentira del día a día, que predica que tenemos la oportunidad de elegir a quien consideremos la mejor para representarnos, cuando todos sabemos quiénes eligen en realidad por nosotros.
¿Se puede combatir el fujimorismo sin entregarle el gobierno a los de siempre? Por supuesto, pero no lo haremos, porque somos peruanos. Esa es nuestra virtud y nuestra condena.
Por otro lado, el gobierno de Toledo, como el de cualquier liberal –o convertido: García-, será idéntico al de su predecesor, la posta no representará ninguna crisis ni amenaza. Serán cinco años de manejo automático de la economía, aderezado con un sinfín de escandaletes de medio pelo, con un generoso regalo de popularidad al final del mandato. Todos felices y listos para el regreso. Nada cambia.
Y genial por los sectores a los que siempre les va bien. Pero hay otros Perú alrededor de esa campanita de cristal.
Un país que crece pero que no progresa ni desarrolla, es como un tumor maquillado de cifras y oropeles.
Pero en fin, a nadie le importa. Y sigamos hablando de despenalizar la droga, y del aborto, y del matrimonio gay, (eso es cool) en un país donde hay gente que muere de hambre, y donde los poderes arrasan las tierras de los que tienen voz.
Mis amigos de la Izquierda
By A. Ele on 10:22 a.m.

No son muchos pero son. Los hay de diversos espectros. ideológicos Tienen muchas cosas en común y casi nada los hace cambiar de parecer.
Son buena gente, no lo duden. Saben hacerse querer y respetar por los demás, serían incapaces de clavarte un puñal por la espalda, y es que están más preocupados por las cosas que ellos consideran vitales, como el manifiesto cubano-venezonalo, para unos, y “la situación real de las bases del partido”, para otros. No parecen muy divertidos los viernes por la noche, ni los sábados por la noche, ni los domingos por la mañana. Parecen animarse más con sus reuniones partidarias, a puerta cerrada, sobre la conformación de infinitos comités de acción social. Para muestra, el comité de defensa y propaganda de la zona noreste de la Región , conformado por la nutrida cantidad de 2 o 3 integrantes, el comité de elecciones y rendición de cuentas del proceso electoral, el comité de asuntos culturales para leer todo lo que Fidel haya escrito en su vida, el comité de bienvenida para los “compañeros” que llegan de otras provincias, el comité para escuchar a Martina Portocarrero, etc.
Les tengo mucho aprecio porque son buenas personas. Los miro, incluso, como a ingenuos inofensivos, a veces como a loquitos evangelistas, pero sobre todo como amigos. Leen mucho y tiene vocación de servicio. Ayudan sin pedir algo a cambio, luego adoctrinan a sus cercanos aunque éstos se mueran de sueño, no tienen mucha suerte con las chicas, no saben bailar lo que se dice bailar, y algunos hasta ni saben tocar balón Siempre llevan la misma ropa ya que consideran que la moda es una alienación, y prefieren gastar su dinero en libros sobre “La situación del partido en Latinoamérica”. Todo lo explican con una interpretación marxista, con los ensayos de José Carlos Mariátegui, con la lucha de clases y con la dizque “inteligencia” de Chávez para responderle al imperialismo yanqui. La mayoría ha hallado en la eterna dirigencia universitaria su mejor trinchera política.
Pero siguen siendo mis amigos, porque la amistad se trata de eso: amistad, y no de confluencias ideológicas. A estas alturas he decidido ya no rebatir sus manifiestos cubanos o venezolanos, ¿para qué?, nadie va a cambiar por un par de horas de conversación, muchos menos ellos.
Algunos me prestan libros, otros me muestran sus cursis poemas; otros, interminables recortes de periódicos de opiniones de la “derecha neoliberal” y de los intelectuales de izquierda mostrándote el camino hacia la verdad.
Dicen que la izquierda está en la cima latinoamericana y que la derecha, con la crisis financiera, está en sus últimos estertores, y comentan con entusiasmo, en cada elección, que ahora sí el pueblo despertó y que ya se cansó del stablishment, que ya no habrá lugar para la derecha. Asumen, por ejemplo, que las victorias de Villarán en Lima, y de Gregorio Santos en Cajamarca, son las victorias de la izquierda. Y que nuevamente la única opción de cambio es Humala. Por lo que me da miedo imaginar que harían si realmente llegan a la presidencia.
Aunque cuando de defender sus ideas antes ajenos se trata se pueden volver unas fieras con las venas de las sienes latientes a todo pulso.
Claro, hay honrosas excepciones en chicos inteligentes que realmente representan una izquierda progresista, claro que son los menos, pero los hay, y los tengo como amigos. También es cierto que no puedo evitar defenderlos ante los mononeuronales de la derecha y tinterillos del libre mercado.
Recuerdo cuando vinieron con la novedad de que, según inteligencia de la embajada cubana en Lima, Susana Villarán era una “agente encubierta de la CIA ”. Hasta el Padre Marco Arana para ellos es un caviar encubierto. Bueno, qué puedo decir. Nuestras discusiones, a veces acaloradas, han demorado horas sin llegar a ninguna coincidencia aceptable. Desde entonces, valoro más su amistad por ser personas íntegras en su vida cotidiana, por tener a veces más cojones que nosotros que paramos frente a una pantalla de PC todo el día. Y si en algo coincidimos, a parte de estar con los bolsillos vacíos, es que la derecha de este país es un cáncer que jamás dejará que haya una igualdad real entre peruanos.
Por lo demás, ahora preferimos (prefieren al menos conmigo) hablar de literatura, música y mujeres, y hasta en eso hay tremendas polémicas.
A veces creo que son incapaces de reconocer que la derecha peruana, podrida y rapaz, con sus nostálgicos de Fujimori, Pinochet y Franco, ya ganaron todos los terrenos de este país.
Entomología de la Superstición
By A. Ele on 10:45 p.m.
La superstición se define como la creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón, o como la Fe desmedida y valoración excesiva respecto de algo. Por ello la superstición no tiene la infructuosa tarea de explicarse a sí misma, sino la de aplicarse o no, bajo riesgo de condena o ridículo. La superstición se aprende y carece de lógica, allí reside su carácter perecedero a través del tiempo.

En el Perú, por ejemplo, las supersticiones de la selva variarán respecto de las de la costa, y éstas de las de la sierra, y éstas a su vez se subdividirán en supersticiones de la sierra norte y de la sierra sur, de la selva ciudad y selva aldea, etc., etc.
Tomemos algunos casos de superstición asociada a entidades biológicas.
La libélula es un insecto con fuerte carga simbólica para nuestros pueblos. Su visita a casa tendrá diversas lecturas, desde el anuncio de una visita inesperada hasta la muerte de un ser querido. Incluso posee una inquietante asociación con la brujería. Se asume que el “Maestro” envía al insecto para que se pose sobre la persona a quién se le quiere hacer el daño, y a través de ese simple acto tome una breve muestra de su alma, y la traslade de regreso al “Maestro”, que hará una mesada con tal producto. En este caso la libélula es un piloto de humanas intenciones.
Igual o peor fama tiene la gran mariposa negra que se aloja en las esquinas de los portales de la casa, aquí no hay concesión positiva, su arribo solo puede ser negativo, evidencia de futuras tragedias, básicamente la muerte. Maleficio que se conjura con la eliminación de la nocturna visitante.
Similar es el miedo que causa el herético Picadiós, negro y brilloso familiar de las avispas, que atrapa a arañas de gran tamaño, incluso a tarántulas, para paralizarlas, arrastrarlas y enterrarlas vivas, depositando previamente en ellas sus huevos. El Picadiós asusta, no solo por la potencia de su picadura, sino por su supuesta procedencia indigna, su mismo nombre lo explica.
O, por ejemplo, en el campo onírico, soñar con abejas atacando, con pulgas o con piojos, señal de mal agüero.
Caso diferente ocurre con los escarabajos, encontrar uno patas arriba y voltearlo -salvarle la vida- dará buenos resultados en las actividades cotidianas, y de paso evitará que llueva, ya que un coleóptero volteado es anuncio de precipitaciones. O el simple caso de la mariquita, de caparazón colorido y puntos negros, posándose sobre uno, señal inequívoca de buena suerte.
Como verán la conjura de estas supersticiones va desde “perdonar la vida” hasta la eliminación de la entidad portadora de la superstición. Como si los anisópteros, coleópteros, himenópteros y arácnidos no tuviesen suficiente con sobrevivir día a día en la salvaje naturaleza como para enfrentarse también a la escoba o al zapato del temeroso cristiano. Por que, por supuesto, la mayoría de la gente supersticiosa es igualmente religiosa.
Por qué César Hildebrandt no votará por Lourdes Flores
By A. Ele on 8:54 p.m.

Los Picapiedra y las elecciones
Tomado del Semanario "Hildebrandt en sus trece" - 1 de octubre de 2010
Los Picapiedra no han cumplido 50 años, como cree Google. Han cumplido 189, que son los añitos de esta república secuestrada.
Los Picapiedra vienen, como ya se sabe, de muchas aventuras, algunas sífilis, varias traiciones y muchísimas derrotas. Algunos de ellos proceden del rey hispano Felipe IV, que sufría descomposiciones estomacales mientras España perdía a Portugal y se rezagaba ante Francia. Otros, menos señoriales, son hijos de Francisco II, monarca del Reino de las Dos Sicilias y enemigo de Giuseppe Garibaldi. Algunos se cruzaron con la vasta prole nacional de Felipillo y otros aprendieron el arte de acampar en hacienda ajena leyendo a plazos a Jorge Basadre y enterándose de las proezas saqueadoras de nuestra estirpe porcina.
Pero todos, más allá de su origen, están unidos por el mismo odio mortal a la diversidad. Sin haber leído una línea de Sartre saben a su ruda manera, sin embargo que "el infierno son los otros". Y los otros son todos los que no se doblegan al poder del dinero y a las consignas de eso que alguna vez Macera llamó "el burdel peruano".
Esas consignas son dos, están inspiradas en ese Judas primordial que fue José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, y tienen la sencillez evangélica que puede conmover a un ladrón de cuello y corbata mientras comulga:
1) La democracia es buena sólo si ganamos.
2) Aquí nada se mueve en serio sin nuestro consentimiento.
¿Para qué más? ¡El Perú es tan sencillo! Aquí, por ejemplo, la libertad de prensa consiste en que los de arriba se ponen de acuerdo respecto de lo que deben saber y hacer los de abajo. Aquí vuelven los que roban y los que roban no devuelven. Aquí a Billinghurst le hicieron la vida imposible y sólo hablaron más o menos bien de él cuando se murió. Y como Mariátegui se murió muy joven no pudo asistir a su demolición, o sea, a su muerte civil. Y Haya fue patriarca respetado sólo cuando ya se había convertido en el viejo que decía lo que de joven nunca había dicho y lo que, estando espiritualmente vivo, jamás habría podido decir. ¿Debo poner etcétera o es tácito que la lista es interminable?
Estas elecciones municipales se convirtieron en una batalla campal ideológica a partir del momento en que nuestros Picapiedra -una especie de Club Bilderberg con Mónica Delta haciendo de moderadora- se dieron cuenta de que la izquierda podía dar síntomas de vida, salir del encefalograma plano. El problema es que de puro católicos creen en la reencarnación y están seguros de que el alma de Barrantes palpita en la Villarán.
Temen que, desde la municipalidad, la izquierda pueda intentar otros avances. Y por eso les resulta imprescindible ensuciar a esa izquierda, gracias a una freudiana proyección, con todo aquello que a ellos les resulta familiar: la mentira despreciable, la teatralización de la política, la calumnia elaborada y hasta la evasión de impuestos.
Los mentirosos crónicos, los simuladores sin fatiga, los calumniadores profesionales y los evasores hereditarios están muy enfadados porque Susana Villarán omitió un trámite que no debió omitir, algo por lo que deberá ser multada.
A mí me parece estúpido que la señora Villarán no haya dicho desde el comienzo lo que ha tenido que admitir después. Como me parecen indeseables algunas de sus compañías, sobre todo esas que tienen que ver con el maoísmo de maquila de la China actual. Como me parecen tetudos de capirote quienes le aconsejaron que en el debate silbara mirando al techo mientras Lourdes Flores la troceaba. Como me parece peligroso que el SUTEP pueda atribuirse con carácter de exclusividad el manejo del asunto educativo, ahora que muchos recursos pasarán a los municipios.
Pero una cosa es establecer esas distancias y otra es esta conspiración de la hipocresía adinerada. Pocas veces se ha visto la concertación difamatoria a la que hemos asistido en estas últimas dos semanas.
Y detrás de ella están los Picapiedra de toda la vida.
Yo no voy a votar por Lourdes Flores. Yo no puedo votar por Lourdes Flores. Tengo algunas razones:
a) Porque la señora Flores no fiscalizará a Luis Castañeda. Y no sólo porque lleva a un hijo de Castañeda en su lista de regidores sino porque, a lo largo de toda la campaña, se ha negado a sospechar siquiera del origen de algunas sobrevaluaciones pestilentes en las obras de mayor envergadura.
b) Porque no sé cuánta plata ha puesto en su campaña Graña y Montero, deseosísima de entrar en el negocio de la Municipalidad Provincial de Lima.
c) Porque el presidente Alan García la ha apoyado con todo lo que ha podido.
d) Porque hablar del metro subterráneo a partir de un presupuesto menoscabado, como el que le deja su amigo Castañeda, es mentirle a la gente.
e) Porque no sé si, a partir de cierta clientela, seguirá fomentando la exportación de autos usados sin catalizador.
f) Porque el ministro José Antonio Chang también ha hecho barra por ella.
g) Porque PPK, más binacional que el Puyango-Tumbes, ha hablado "del miedo financiero" cuando debió hablar de su propio terror por el ridículo electoral que le esperan a él y a su triste padrino.
h) Porque decir que Peru Support Group es senderista es una canallada dicha a sabiendas.
i) Porque Julio Favre, el enemigo de los pollos y amigo de ciertos militares que aniquilaban de noche en los tiempos de la matazón, ha escrito: "El domingo no debe ser chavista".
j) Porque Toledo, más tornasol que nunca, estuvo en su mitin de cierre de campaña diciendo: "la cabra tira pal monte". Mal dato le deben haber dado los encuestadores de Ídice.
k) Porque no puedo olvidar a aquella Lourdes maquilladísima que asistió, sonriendo más que nunca, a la boda de su amiga Keiko Fujimori.
l) Porque La Razón, el diario del fujimorismo, ha vivado la "hazaña" de Lourdes en el debate.
m) Porque la China Tudela votará por ella. Y lo mismo harán Saravá, Tongo, las viejas pellejas que pueblan las embajadas los días de vino y rosas, la república de Eisha, las modificadas por Morillas, las mises de todos los concursos, los potos de Ellos y Ellas, Luis Castañeda Lossio, los muchachos de la banda Comunicore, Meche Aráoz, el mono Vargas, los Plevisani y demás hierbas, las Chicas Perú21, Santa Rosa de Lima, Marisa Giulfo, Tito Macanas, los señores de Muruhuay y de Sipán, Roque Benavides, Ernesto Schutz desde Ginebra, la escritora Olenka Zimmermann, la bella de la bestia, la bestia de la clase, los gerentes de Interbank que pronto ocuparán el local de ese lugar de culto llamado El Virrey y hasta Dios mismo encarnado en su embajador plenipotenciario don Luis Cipriani.
n) Y, por último, porque me niego, como me he negado toda la vida, a ser parte del coro que en este país canta, desde hace dos siglos casi, la misma pieza con las mismas voces. Con los mismos tundetes y el mismo José Antonio. Me tienen hasta la coronilla.
visto en intercambiofilosofico.blogspot
César Hildebrandt votará por Susana Villarán
By A. Ele on 3:55 p.m.

“De cómo PPK me hizo cambiar”
PPK es a veces una persona abominablemente inteligente. Hace en HD lo que otros hacen con chusquedad. Intriga como si estuviéramos en la vieja Florencia. No mata a puñaladas: envenena vertiendo unas gotas sacadas del compartimento secreto de una sortija. Es un cortesano y un quietista.
Dice PPK que los inversionistas extranjeros se pueden poner inquietos -y de hecho ya nos miran de reojo- si es que “las cosas se mueven en la dirección incorrecta”. O sea, si Susana Villarán gana las elecciones.
Y cita al Barclays Bank diciendo que es el primero que se ha puesto en alerta.
Me extraña que PPK, que es norteamericano de pasaporte, bolsillo y corazón, no sepa que, hace apenas un mes, los piratas financieros del Barclays Bank tuvieron que pagarle al gobierno de los Estados Unidos 298 millones de dólares por realizar transacciones de muchos ceros a la derecha con bancos de Cuba, Irán, Libia y Sudán. ¡Imagínense!
El Departamento de Justicia del gobierno estadounidense hizo la denuncia ante una corte de Nueva York porque comerciar con esos países está prohibido. Y el Barclays Bank hizo todos esos movimientos a través de la bolsa neoyorquina entre los años 1995 al 2006.
“Comercio con el enemigo” fue la acusación principal. Fue en un arreglo no judicial que el Barclays Bank se allanó a pagar los 298 millones de dólares.
¿A quién pretende asustar PPK?
¿Los banqueros especuladores que hicieron del capitalismo una mafia de derivados y de papeles basura están nerviosos porque en la remota Lima una izquierdista aggiornada puede llegar a la alcaldía provincial?
¡No me digan! ¿El Metropolitano se convertirá en el Metro de Moscú? ¿Las madres del vaso de leche levantarán el puño cada mañana? ¿Las escaleras de Castañeda se elevarán hasta el cielo rojo de Mao? ¿Patria Roja izará sus banderas en la Plaza de Armas?
¿Y PPK es el embajador del miedo? ¿Y debemos seguir su flauta como si fuéramos ratones?
No pensaba votar en estas elecciones. Ahora he decidido que sí iré a votar. Y votaré por Susana Villarán, la que, según PPK, desasosiega al Barclays Bank. Me fascina la idea de que la banquería internacional con epicentro en Londres se ponga saltona. Quiero vivir para verlo.
Votaré por Susana Villarán no sólo por sus méritos, sino porque PPK y sus cuyes mediáticos no la quieren.
Y porque me parece repugnante que la derecha quiera aterrorizarnos poniendo a la banca internacional como pretexto.
PPK miente a sabiendas.
Lo hace porque la derecha que él representa -la que viene del contrato Dreyfus, del fugitivo Mariano Ignacio Prado, del cauchero Arana, la madre de todas nuestras derrotas- cree que el Perú es su latifundio y que los peruanos son sus empleados.
Se trata de que nadie discuta nada esencial. Es el fin de la historia en versión de Juan Paredes Castro.
¿Que el modelo no redistribuye?
Eso no se discute.
¿Que nos estamos farreando esta prosperidad?
Eso no se discute.
¿Que los impuestos a las sobreganancias mineras son recomendados hasta por el FMI?
Eso no se discute.
Y cuidadito, peruanos de segunda, si eligen a alguien heterodoxo que haga recordar al barrantismo en olor de multitud.
Porque el Dios de Cipriani -no el que botó a los mercaderes del templo- ha establecido que Fukuyama tenía razón, que la historia ha terminado, que todo lo que venga será un eco redundante y que el libre mercado ha entrado en el santoral.
Ni Bartolomé Herrera se imaginó algo parecido. Ni Riva Agüero. Ni Beltrán.
La derecha que viene de Echenique y sus raterías, la que es hija de la huida y la traición, la nieta de Benavides, ha decidido que nada se puede mover sin que ella y la banca internacional -a veces tan prontuariada como cualquier delincuente- lo autoricen.
Y, claro, votar por la Villarán es desafinar. Porque piensan que la Villarán traerá a Humala. Y Humala es la pezuña del demonio.
Se equivocan. La Villarán lo que puede traer es un poco de aire fresco en esta atmósfera de pedorreos y audios decadentes. Y un poco de fiscalización. Y bastante decencia.
Y lo que puede lograr la Villarán es que Humala se dé cuenta de que el camino de las izquierdas pasa también por los planes concretos, la administración eficaz, las cuentas claras y la simpatía incluyente.
PPK y los suyos no entienden que la izquierda es una opción democrática y que expulsarla del sistema, como quieren sus cuyes, es empujarla al resentimiento y, eventualmente, a la violencia.
En Colombia, los conservadores mataron a tantos liberales que un día un grupo de ellos se fue al campo y no regresó. Hace 45 años que tienen ese cáncer que Uribe quiso curar a bombardeos.
Aquí los PPK no saben que Susana Villarán es lo que en Europa se llamaría una socialdemócrata. Y la socialdemocracia es el moderno centro.
Pero los burros no quieren ni siquiera que nos acerquemos al centro. Quieren la derecha de García, la manga ancha del converso García, las licitaciones del ex aprista García.
Prefieren el enjuague. Y pretenden que su miedo nos paralice.
Que se vayan ya saben dónde.
César Hildebrandt
Semanario “Hildebrandt en sus trece”
24 de septiembre de 2010
POTOAUDIOS, la teoría (Parte 01)
By A. Ele on 8:04 p.m.

Disponíame a asumir mi realidad de todos los viernes por la noche, dormir temprano flanqueado por unas bolsitas de Cuates y mi infaltable Guaraná de 1 sol, cuando un rectángulo celeste se instaló en la parte inferior derecha del monitor de mi antiquísima PC. Un e-mail. Seguramente más Spam, el cual debí haber eliminado sin mayor demora registrándolo como Correo No Deseado. Pero algo había en el remitente que me generó cierta curiosidad: “Mirlo Negro: el POTO es la clave”. Abrí el correo que prometía -por deducción peruana- un catálogo de nalguialegres muestras humanas, femeninas de preferencia. Pero no. Eran links que redirigían a los AUDIOS de doña Lulú colgados en YoteTube, que todos ya conocían porque habían sido publicados hace días por un tal Beylys en televisión.
¿La novedad?
Este correo del amigable Mirlo Negro traía una frase sobrecogedora y según él, reveladora: “la chicha se toma en poto”. Esto activó la zona neuronal que controla mi olfato detectivesco e hice una relación inmediata con un lugar: Piura.
Dónde más sino en esa cálida ciudad norteña donde se homenajea al noble arte de tomar la chicha en el asiento de la calabaza. Sí. Pero qué tenía que ver Piura. Recordé que un amigo contaba haber visto al mismísimo Cruxillat en dicha ciudad. La nalga, digo la cosa iba tomando forma. Claro, Cruxillat, una man de las telecomunicaciones tenía toda la logística y el dinero para los chuponeos, y el arrojo para los chantajes. Pero ¿qué lo motivaba?
Con el poto no se juega. Poto dignidad, clamaba la gente por las calles limeñas, fenómenos que pronto se extendió a todo el territorio nacional.
Mi inicial teoría se derrumbó cuando el mismo Cruxillat desmintió, desde la clandestinidad, tener algo que ver con el POTOgate. Se lo oía convincente y sin ganas de jugarse con algo tan sagrado para los peruanos: la nalgamenta del imaginario colectivo. No pues.
Habíamos regresado al inicio. Confieso que no pude dormir días completos pensando en el poto.
Entonces, otro agente hizo su ingreso en el caso en cuestión: PPK2, un conocido economista de Lesotho nacionalizado peruano. Y lo hizo con la pierna en alto, diciendo que si la candidata a
Creo que muchos de ustedes intuyen el inesperado final. Pero para ello aún falta tiempo y sobre todo pruebas fehacientes.
Algo es seguro, la hiper-producción de potos piuranos tendrá un mercado seguro y no se perderá la inversión desmesurada y calenturienta que poderosas y oscuras transnacionales hicieron en tan noble arte manual. Vayan sacando sus conclusiones.
(Esta historia continuará…)
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Sí, sí, es broma
Otra versión del Diablo
By A. Ele on 11:04 a.m.

“En el Libro del Destino / inscribiste todo el mal /
y todo el bien / que esperabas de mí / en esta existencia”.
(OMAR KHAYYÁM)
Un niño le pregunta a su padre: ¿por qué Dios creo al Diablo? Y el padre le responde ¿y quién te dijo que el Diablo fue creado?
Es probable que el Diablo siempre haya estado allí al igual que Dios porque, en buena cuenta, serían la misma entidad simbólica.
No se busca aquí replantear postulados teológicos ni inducir a teorías conspirativas respecto a
En la mitología griega, Prometeo movido por su amor a los hombres “les regala el tesoro del fuego sagrado aunque para ello se haya visto obligado a robárselo al propio Júpiter, quien le hace pagar de forma terrible su generosa contribución a la humanidad, ordenando a Mercurio que lo precipite en el Tártaro y lo encadene en la cima del Cáucaso, donde durante cientos de años un buitre le devoraría las entrañas, las mismas que se regenerarían para continuar con el suplicio eterno. Los hombres también recibieron su castigo con un intenso Diluvio”.
Finalmente, Hércules dio muerte al buitre y Júpiter perdonó a Prometeo. Desde entonces el mito de “Prometeo Encadenado”, gracias a Esquilo, representa “la imagen viva del espíritu luchando con la materia inerte, como la razón en pugna con la fuerza, como la personificación de lo grande y elevado contra lo bajo y rastrero”.
Prometeo no solo es condenado por el acto del robo en sí, sino por la osadía misma de compartir la razón -esa sabiduría reservada a los Dioses- con los simples mortales, movido únicamente por el amor.
Desde las primeras teorizaciones respecto a la dualidad del Bien y el Mal, estaban presentes, y emparejadas, las de
En el Edén, ese paraíso del embotamiento y la flacidez, Dios prohíbe a Adán y Eva, los primeros humanos según las creencias judía, cristiana y musulmana, probar de los frutos del árbol del conocimiento bajo riesgo de muerte. Pero, ¿qué padre que ame a sus hijos les negaría la luz del conocimiento? ¿Qué riesgo podrían correr los humanos de ser dueños de su propio destino?
Dios plantea la prohibición como una subrepticia invitación a la desobediencia. No existiría tal tentación sino existiese la necesidad de transgredir. No existían necesidades en el Paraíso, recuérdese. ¿Para qué la necesidad de controlarse? Pero ya que los primeros humanos poseían la pureza de la más conspicua ignorancia, salvo para revolotear como hippies en el verde jardín, fue necesario que apareciera un ente disociador que adoptase el papel de facilitador de la inminente transición, a riesgo de ser condenado eternamente por tal acción. Dicho sea de paso, si Adán y Eva lograron ser tentados es porque algo más que mera curiosidad debieron poseer en sus almas perfectas.
Satanás, el ángel caído (“Lucifer (del latín lux [‘luz’] y fero [‘llevar’]: portador de luz”), expulsado al Caos por rebelarse contra Dios, aparece en el Edén en forma de serpiente para tentar a Eva a probar del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, y así extender el “pecado mortal” a Adán y a la humanidad futura.

La figura simbólica de Satanás es probablemente la del primer indicio de razón propia después de Dios. Su rebelión -toda rebelión- requiere de un conocimiento que se oponga a otro. Satanás fue dotado de razón antes de que Adán y Eva pecaran de desobediencia.
Satanás es la imagen del hijo caído y castigado por rebelarse contra el Padre, similar a la de Prometeo condenado por robar el fuego sagrado de su dios supremo Júpiter. Ambos pecaron de discernimiento y de intencionalidad personal, ya sea por envidia o por amor: ambas características muy humanas.
Algunas religiones, tradiciones o doctrinas (Yezidismo, Luciferismo o los Gnósticos) consideran a Lucifer como una entidad positiva, libre de oscuridad, que “se rebeló contra Dios para darle a
Entonces, si Dios hizo una invitación subrepticia a la desobediencia, Satanás solo fue un vehículo de ese plan que buscaría, en buena cuenta, el despertar del hombre a la razón, y a todas sus aristas, ventajas y desventajas. Esa serpiente pudo ser el mismo Dios que en su infinita gracia, y a pesar de su deseo de protección eterna a sus hijos amados, tuvo que dar el empujón para que los polluelos dejasen el nido y se enfrentasen a la realidad, con el inmejorable regalo de la brillante tea del conocimiento. Dios practicó el libre albedrío en su más desprendida expresión, le dio al hombre la libertad de darle espalda.
No se podría entender un amor sincero si el mismo Padre hubiese creado a los humanos y al amor en forma perfecta para mantener un sistema jerárquico basado en una conducta inconciente, repetitiva y eterna. ¿Qué padre desearía que sus hijos lo amasen por el cumplimiento al pie de la letra de un mandato judicial?
Bajo la deducción de que Dios es Todo y que ni un cabello se mueve sin su voluntad, el mismo Dios pudo crear el equilibrio a través de la razón, materializando el peso contrario de la balanza en una entidad o actitud que proviniese de Él mismo. Dios puede ser el otro lado del espejo, creando por ecuación matemática “el Mal” que nosotros podemos elegir, evitar o combatir. Por ejemplo, ¿Judas fue tentado a actuar con traición o tenía una misión que debía cumplir a través del más doloroso sacrificio? ¿Tras de Judas estaba Satanás o el mismo Dios?
Jorge Luis Borges, en su cuento Tres versiones de Judas (Ficciones – 1944) hace una disertación literaria interesantísima sobre a la equivalencia de los órdenes complementarios: “El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la carne; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fue ese hombre. Judas, único entre los apóstoles intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta denarios y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aun más
Muchas religiones y creencias consideran la no existencia del Diablo, explicando la maldad como el nivel de lejanía de uno con respecto a Dios. Eso asume que la oscuridad también proviene de Dios, pero que nosotros tenemos la libertad de elegirla gracias a que poseemos el poder de discernir entre el bien y el mal.
Como dicen algunos: el Cielo en el otro mundo, el Infierno en
figura mítica del Diablo fue la identidad secreta de Dios. Luego el hombre adoptó e hizo suya esa figura para justificar su debilidad y alimentar los miedos propios y ajenos. Así el hombre le dio cuerpo y consistencia (y cuernos) a lo que para Dios solo era una idea de complementariedad.
Las posesiones demoníacas son parte del juego simbólico. La idea de ser “poseídos” nos asusta, nos aterra, nos aleja del mal y nos acerca más a Dios. El Mal encarnado tiene muy mala publicidad al perder casi siempre en los
exorcismos. Lo que hace realmente el Diablo a través de ese juego macabro es poner a prueba nuestra Fe, fortalecerla y difundirla, como a través de los Santos, por ejemplo, tantas veces tentados cuando eran simples hombres y tantas veces vencedores. Los demonios son tan inferiores a la sola presencia divina, como cuando le suplicaron a Cristo quedarse por lo menos dentro de cerdos antes de desbarrancarse. En resumen, la idea del Padre jugando con su propia sombra para asustar al niño y así atraerlo a sus brazos protectores.
Tuvieron que transcurrir varios siglos hasta que el Renacimiento terminase con la oscuridad imperante en
Sin embargo, la evolución nos muestra un lado muy sugestivo de las teorizaciones teológicas. El hombre adquirió la razón a través de millones de años, y ésta le sirvió para avanzar de una manera vertiginosa en su desarrollo como sociedad y especie. Pero esa misma razón ha llevando a la humanidad a un extremo de alcances irreversibles. ¿Será la razón nuestra herramienta de autodestrucción? ¿Debimos llegar a este nivel de conocimiento luego de bajar de los árboles?
Cuando destruyamos el planeta en el que vivimos quizá nos preguntemos si hubiese sido mejor que nos ocultasen etername el fruto del Conocimiento.
¿Prometeo y Lucifer nos entregaron el fuego que terminará incendiándonos?
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Anotación: el autor de este artículo es agnóstico.
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