Por los pasillos












Conocí personalmente al lingüista Luis Jaime Cisneros a inicios de 2009. Antes solo tuve contacto telefónico con él. Fue en una de esas comunicaciones que nació la idea de una entrevista. La iniciativa e insistencia fue mía, por supuesto.

Retrocediendo un poco, la primera imagen que tengo de don Luis fue en una entrevista televisiva que le hizo, si no me equivoco, el periodista César Hildebrandt. No tuve la oportunidad de conocerlo en las aulas como la mayoría de personas que escriben sobre él, o en los pasillos que es a veces donde más se aprende. Pero luego de ese programa empecé a buscar y a leer sus artículos y críticas literarias.

Conseguí su email por una publicación, le escribí y empezamos a intercambiar correos. Siempre me decía que cuando viajase a Lima se lo comunicase para reunirnos, supongo que era un exceso de cordialidad de su parte con un desconocido de provincia. Yo lo molestaba enviándole textos e ideas, cosas que no vienen al caso. Lo llamaba al número que me dio, siempre a partir de las cuatro de la tarde. Recuerdo su voz amable y esforzada, con un respiro arrastrado estoicamente. A pesar de aparentar solemnidad, a menudo remata la conversación con alguna saludable ocurrencia. Cierta vez lo felicité por un homenaje que le habían hecho, y me respondió que “siempre hay gente confundida”. Un hombre tan profundo y tan sencillo a la vez.

En abril de 2009 me encontraba en Lima por el concierto del grupo Oasis, y faltando un día para mi regreso me animé a llamar a don Luis. Afortunadamente él mismo contestó, cosa curiosa ya que generalmente lo hacían otras personas. Le propuse lo de la entrevista, y a pesar de no haber estado pactado el encuentro, de que no se encontraba muy bien de salud y que ya eran horas de reposo para él, aceptó afectuosamente. Cogí la grabadora, la cámara fotográfica y tomé un taxi hacia la dirección que me dio. Lima estaba envuelta por una neblina que, gracias a los árboles y a la luz naranja de los postes, proyectaba un filtro fantasmal sobre las calles.

Era obvio que el motivo principal de mi visita, más que presentar un cuestionario de preguntas, era conocer en persona al intelectual que había leído tanto en los diarios, y al que había llegado a apreciar como un amigo

Recuerdo que al final de la entrevista le hice una pregunta bastante cliché: ¿le tiene miedo a la muerte?, cuya sonriente respuesta fue: - Si no le tengo miedo a la vida, por qué le voy a tener miedo a la muerte.

Nos despedidos con la promesa de volver a encontrarnos. Esa fue la primera y última vez que vi a mi amigo.  








La entrevista - 2009

“¿Por qué le voy a tener miedo a la muerte?”


Filólogo, médico, lingüista, humanista y poseedor de un generoso etcétera, Luis Jaime Cisneros, sigue la realidad nacional desde la lucidez de quien opina desde el ombligo del problema. Nada de recluirse tras el escritorio, y nada de perder tiempo. La mesa está servida.  

Dr. Luis Jaime Cisneros, ¿cuál fue el pecado de la congresista Hilaria Supa?
-Creo que el pecado no ha sido de ella. Sino ha sido de quienes no reconocen todavía que somos un país pluricultural y plurilingüe. Y creen, con una suficiencia - que no tuvieron los españoles en el siglo XVI –, que solamente la lengua española tiene vigencia.

Pero... ¿sigue siendo casi un pecado ser quechuahablante en este país?
-En este país todavía somos racistas. Hay varias maneras de serlo. Una, en que uno lo proclama abiertamente; y otra, que reduce a palabras su supuesta tolerancia, pero la va desconfirmando con sus actos.

¿Esto lo podemos catalogar como racismo?
-Sí.                                       

Combatir el racismo es cuestión de educación, básicamente. ¿Escuela y familia?
-Si la escuela lo logra, la familia se contagia. Esto es fundamental.

Es el único contagio que deberíamos tener en este momento...
-Sí. Ése no necesita mascarilla. (Eran épocas de gripe porcina)

Veinticinco años para Alberto Fujimori. ¿Cuál es su opinión respecto al veredicto que se dio?
- Yo tengo una opinión rara. Tengo una opinión bifronte. Tengo la impresión de que si el juicio ha sido, como se sostiene, ciertamente imparcial, pienso que me debo referir exclusivamente al proceso judicial en sí. Si me voy a referir a los periódicos, yo tendría que reconocer que no ha habido ningún periódico imparcial. Yo he asistido por televisión a muchas sesiones y, confrontadas con la información que al día siguiente ha dado la prensa, no puedo calificar esa información como imparcial. Respecto de los otros problemas, no puedo juzgarlos. He estado preocupado por otras cosas vinculadas con el terrorismo que han sido para mí mucho más importantes que éstas que miran solo al poder. Yo hago una diferencia muy grande en materia de política. A mí no me interesa la política desde la perspectiva del poder. Me interesa desde la perspectiva del gobierno. Por lo menos, eso es lo que nos enseñaron los griegos, eso es lo que yo he aprendido, y eso es, sobre todo, lo que yo he aprendido a defender, aquello en lo que creo. 

En ese caso, ¿el poder del gobierno de Fujimori fue el más nefasto?
-Fue nefasto para los peruanos. Fue nefasto porque cegó la visión del porvenir. Un gobierno no puede preocuparse de lo inmediato, si es que descuida que el inmediato es el antecedente inmediato del porvenir.

Hay gente que hace comparaciones entre Fujimori y Velasco...
-Yo creo que hay una diferencia extraordinaria. Yo creo que Velasco Alvarado tuvo la intención de hacer una revolución. Los propósitos de cada uno fueron distintos. Con todo lo poco afecto que yo puedo ser por los gobiernos militares tengo que reconocer que la intención del gobierno de Velasco, a parte de todo lo que hay de censura en su ascensión violenta al poder, está relacionada con un propósito de cambio fundamental, y en ese sentido también hay que reconocer que la revolución de Velasco se torció, tuvo una serie de vaivenes. Yo tengo que reconocer que una de las reformas más importantes que se promulgaron en esa época fue la reforma del sistema educativo, que duró muy poco porque la ideologizaron, la partidizaron y todo se fue al cacho. Pero no creo que se puedan comparar. Después de todo hay que tener en cuenta que Fujimori asume el poder como fruto de una elección y resulta traicionando a sus electores. No veo que ninguna comparación pueda favorecerlo a Fujimori.

Si el gobierno de Velasco se inició como un movimiento de izquierda, el de Fujimori ¿cómo se puede catalogar?
-Allí no creo que quepa pensar en ninguna ideología. Eso fue un malabarismo político.

Cambiando de tema ¿La crisis de la educación peruana pasa por un tema de presupuesto?
-No. El tema del presupuesto es un tema que afecta ciertamente a la educación en la misma guía que afecta a la salud, en que afecta a una serie de aspectos de la vida nacional. La educación está en crisis, no solamente acá en el Perú, no solamente en América, en muchos países. En muchos países la vocación magisterial está en crisis. Aquí está en crisis porque el sistema de política educativa está en crisis. Vea, usted, hemos tenido grandes ministros de Educación, me refiero a los más resaltantes. Cada vez que un ministro de Educación ha puesto en relieve que él es consciente de que se necesita un cambio en la política educativa ha fracasado. Ha fracasado ¿por qué? Porque un cambio en la política educativa supone quince años de trabajo. Ningún ministro dura más de cinco.

Hablando de educación... ¿El Dr. Jaime Cisneros sigue practicando las máximas de leer y escribir diariamente? ¿Cuántos años tiene?
-Voy a cumplir ochenta y nueve...

¿A los ochenta y nueve años sigue escribiendo y leyendo todos los días?
-Si todavía estoy vivo (Risas).

¿Algún trabajo pendiente?
-Estoy preparando tres libros. Estoy preparando. Estoy trabajando. No sé si aparecerán este año o más tarde. Un libro sobre psicopatología de lingüística, un libro sobre lengua y estilo, un libro sobre entonación y un pequeño libro sobre Borges. Esas son las cuatro cosas que tengo en camino, y no tengo veinte años, de manera que tengo que apurarme.

¿Le disgusta la comparación que hacen de usted con el Quijote?
-Si es por la lectura, será porque leo día y noche; pero todavía no he encontrado mi Rocinante para montarme y predicar. No conozco, pero tampoco me disgusta. Fue una de mis primeras lecturas.

Usted escribió sobre el papel de los intelectuales y su actitud...¿Siguen los intelectuales recluyéndose en sus escritorios?
-Sí. Lo que he opinado es que son pocos los intelectuales que expresan sus ideas políticas, porque es lo que pasa con muchos países de América. La gente cree que para tener ideas políticas hay que tener ideas electorales y que tienen que estar relacionadas con un partido, lo que es una aberración. Si yo soy intelectual, soy una persona que se mueve en el mundo, tengo una obligación y es intervenir. No voy a hablar sobre economía porque no soy economista, pero sí creo que estoy obligado a intervenir y en cuestiones que se relacionen con educación, con el asunto del lenguaje, en asuntos de ética, asuntos de honradez o de corrupción, que son cosas que miran al hombre. Un intelectual que no se preocupa por hechos que afectan a la condición humana no es un intelectual cabal. Solo es intelectual porque escribe y lee. Ocurre que hay que preocuparse por cosas que a uno le corresponden.

¿Cómo ve el papel de la prensa actual, respecto al retrato de la realidad peruana?
-Vea. A pesar de que yo pueda estar en desacuerdo con algunos aspectos de la prensa, creo que no me debo quejar totalmente de la prensa nuestra, porque hay un aspecto de ella y es que en los últimos quince años, que es el que corresponde a la prensa de investigación, ha servido para defender al país, hasta ha servido para vigilar el proceso democrático. Que hay periódicos que puedan ser calificados con cinco en vez de once, sí pues, eso pasa en todas partes del mundo. Creo que los aciertos en que viene incurriendo la prensa son más que los defectos, y para mí sería de mal gusto esmerarme en los defectos.

¿Este país tiene solución?
-Sí. Tiene solución, por una razón que para mí es fundamental, cada vez hay más gente joven. Y la gente joven, las nuevas generaciones, tienen asco por la mentira y tienen fe en el porvenir y a salir adelante a pesar de los otros. Eso es fundamental. 

¿El humor es un salvavidas? A usted lo veo con mucho humor.    
-El humor es la mejor vitamina. Mejor que la vitamina C.

¿Le tiene miedo a la gripe porcina?
-No. Yo le tengo miedo a cualquier gripe (Risas). Pero yo me vacuno todos los años contra la gripe y contra la neumonía. De manera que me puedo morir de neumonía. El problema es que las vacunas sean eficaces.

Dr. Jaime Cisneros, ¿Usted le tiene miedo a la muerte?
-No. No le tengo miedo. Si no le tengo miedo a la vida, por qué le voy a tener miedo a la muerte.

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