Los HOMBRES son de Marte, las MUJERES también

Tomado de la página: http://biocab.org/Panspermia_esp.html

INTRODUCCIÓN

La hipótesis original de la panspermia, propuesta por S. A. Arrhenius, suponía que la vida en la Tierra se originó gracias a la contribución cósmica de seres vivientes provenientes de algún punto del Universo. La hipótesis científica emitida por los exobiólogos no habla acerca de microorganismos que vagan en meteoritos a través del espacio profundo, avanzando a la Tierra para colonizarla, sino de substancias químicas complejas que se habían formado desde los orígenes del universo, las cuales alcanzaron la Tierra en un momento determinado. La nueva hipótesis surgió cuando algunos investigadores encontraron moléculas orgánicas (aminoácidos entre ellos) en meteoritos provenientes del espacio profundo. Entonces, algunos investigadores dudaron de si la producción abiótica de monómeros orgánicos en la Tierra era absolutamente básica para el origen de la vida. Quizás algunas materias orgánicas provenientes de otros lugares del universo habían arribado a la Tierra primitiva.
¿Qué tan posible es la hipótesis original? Sería casi imposible en las primeras fases de formación de la Tierra, pues ciertas condiciones hubieran inhibido la consolidación o la estabilidad de las moléculas orgánicas complejas, por ejemplo las altas temperaturas. No olvidemos el trabajo de la selección natural que actúa en ambas, las substancias químicas y los organismos. A medida que la Tierra comenzó a enfriarse, las probabilidades se ampliaron, pero la contribución cósmica de materias comenzó a disminuir también. Así ocurrió hasta que las condiciones en la Tierra fueron ventajosas para que pudieran realizarse las reacciones químicas que engendrarían a las moléculas prebióticas, el suministro de materias orgánicas complejas disminuyó tan substancialmente que era imposible que jugaran un papel importante o vital en la síntesis de las moléculas prebióticas. Gracias a la atenuación de la lluvia de meteoritos y polvo cósmico caliente, la vida pudo originarse y establecerse en la Tierra. Pero actualmente algo aconteció en la humanidad que cambió todo el sistema de pensamiento, hasta la invención de una idea acerca de células vivientes extraterrestres que "cabalgan" en meteoritos para habitar en nuestro planeta, ésto es, la hipótesis moderna de la panspermia.
Veamos su sistema de pensamiento: Principalmente, ellos no han llevado a cabo ninguna observación posible de algún fenómeno relacionado con su hipótesis. Aún el método más sencillo de pensamiento nos exige la observación de acontecimientos naturales reales. Ésto sugiere que los defensores de la Panspermia ganaron acceso centrándose en un supuesto. Esto no es válido en ciencias. Si ellos comienzan por una línea de falso razonamiento, entonces el resto del procedimiento estará equivocado. Segundo, ellos carecen de un problema válido: ¿Cuál es el problema original? ¡No existe! Esto no es cosa de risa; la comunidad científica ha hecho espacio a una elucubración sólo porque llena los vacíos de nuestras fantasías infantiles. Tercero, ellos no pueden hacer un ensayo, simplemente porque la materia para realizarlo no existe. Si no hay experimentación, no habrá comprobación, ni validación de la hipótesis. Mi conclusión es que la panspermia no es una indagación científica. Cuarto, si descubrimos vida en otros lugares del Cosmos, el descubrimiento no demostraría que la vida en la Tierra provino de allí. Piense que si ésto fuera posible, la deducción podría invertirse, esto es, que la vida en ese otro planeta podría haber llegado allí desde la Tierra. ¿Sabía Usted que si encontramos vida en Marte, o en otro de los demás cuerpos cósmicos visitados por nuestras naves espaciales, nosotros no estaríamos seguros de si sería vida nativa de ese planeta, o si sería vida terrestre transportada por nuestras propias naves espaciales? Bien, ésto sería nuestro principal problema a resolver, ¿cómo la ve desde ahí?
Por los que no tienen voz, una luz.
Por Alan Luna

Por los que no tienen voz, una luz. Por los que toman el bus para escapar de su sombra. Por los que ya no sienten nada. Por los que un día supieron que no eran ellos. Por los que vieron a alguien dar su último suspiro. Por los que sienten que el mar les queda pequeño. Por los que la ausencia les es una constante. Por los que tienen las manos rotas, y a la vez intactas. Por los que en la guerra perdieron su memoria, y su amor en una rama. Por los que ya gastaron su último centavo y apenas inicia el mes. Por los que le deben al casero, y su hijo está enfermo. Por los que están obligados a pensar. Por las ballenas azules que ven morir a sus crías, acuchilladas. Por las especies de gorilas que no serán más que un catálogo de extinción. Por los aullidos que el lobo da para llamar a sus tristezas. Por los que trabajan veinticinco horas al día. Por los esperan lo que nunca vendrá, y aún así siguen esperando. Por los no actúan cuando el mundo es un teatro horrible. Por los que dan a luz bajo una vela. Por los que se marchan cuando el baile recien empezaba. Por los que protejen a las crías de tortuga, y las devuelven al agua. Por los músicos que le dan sus latidos a la calle. Por los gallinazos sin pluma. Por los que teniendo ojos prefieren la ceguera de la locura. Por los que ya no están, por los están llegando. Por los que dan sus primeros pasos, y descubren que el mundo no es tan hancho ni tan ajeno. Por los que regresan a la raíz. Por los abrigan la esperanza de tener esperanzas. Por los que sueñan con la responsabilidad del azar. Por los que saben que todo ha quedado atrás. Por los que ya saben besar. Por los que se sorprenden con una bombilla eléctrica, o con un encendedor. Por los que estamos acá, siempre acá, una luz. Una inmensa luz, de lado a lado. Una luz que recuerde de qué están hechas las sonrisas.


Sin Palabras

Fotografía. Cajamarca - Localidad de Jesús

Foto: " Al lado"

Autor: James Urbina
La Política en el Perú, extraño presentimiento del espejo roto
Por Ybrahim Luna

Hubo un tiempo en el que se podían cambiar las cosas, amparándose en los hombres más lúcidos de la Región Latinoamérica. Un tiempo llamado historia, hechos de innumerables tomos de certeza y convicciones. Hubo razones, un día, para creer que el Perú avanzaría gracias a aquellos que por mérito humano ejercitaban el intelecto de la forma más decente.
Vaya que la utopía se desbarrancó en un mañana de profundos cambios o simples evoluciones. Y toda clase de anfibios y domadores coparon las praderas de la dirigencia social. En una mañana de largos siglos y revueltas décadas se hizo el cambio con un pase de mago tísico. El cuento de hadas que nunca alzó vuelo cayó abatido con sus alas rotas de burocracia. Babel se hizo carne. Y los hombres, que antes debatían con el debido respeto a la inteligencia y a la sintaxis fueron reemplazados por los que luego ladraron o, en el mejor de los casos, debatieron en sus sillones con esos precarios juegos de laptop, esperando la llamada de su conciencia partidaria a través del celular, u hostigando a periodistas dignos.
La primavera la edificaron los buenos hombres que creyeron que la política era una posibilidad de cambiar y cambiarse así mismo. De estirar el brazo bueno y devolver la red. De los que te miraban a los ojos porque no tenían otra forma de mirar. De los que te ayudaban sin convocar antes a una conferencia de prensa. De los que recordaban tu nombre sin recurrir a la agenda. Esa fue nuestra Inmensa primavera que para otros países hubiese sido un otoño a medias. Y es que en nuestro país nunca hubo un pico conquistado. Tan sólo aproximaciones caseras. La raza de políticos intelectuales empezó a ser cazada, marginada, agobiada por la tele, deshilachada por la mediocridad, cansada en sus ojeras por el peso de la indiferencia globalizada. De pronto dejo de surtir agua el caño, y se atoraron los sumideros. La calidad empezó a oler a polvo y la inteligencia, a prehistoria. Fue la perfecta excusa para llenar las tribunas de sedientos espectadores del resentimiento.
Una especie nueva de políticos, o una que estaba escondida como mamíferos después del cretácico, emergió poco a poco. Esto ya no era un mérito, sino un puesto. Una vacante para elites huachafas y clubes que se reservaban el derecho de admisión. De repente la voluntad popular creyó ver a sus mismos, quizá por razones étnicas o cercanías de abajo hacia arriba, pero no los vio por su infinita lejanía popular. Y cuando los eligió para arreglar “todos” sus problemas, no recibió respuesta que no fuera una escrita y por mensajero ajeno, que generalmente decía: nada.
Los elegidos ya no necesitaron justificar su propia existencia, mucho menos sus proyectos, o sus omisiones que fueron las más. Eso era para los feligreses de la honestidad. Los nuevos edificaron su religión de exculpaciones, y cada vez fue más grotesca su fe en el poder sin ajuste de cuentas. La política se volvió hereditaria, casi como un rey bueno que heredaba su país a su hijo corrupto. En las aldeas los hacendados, analfabetos de humanidad, eran los únicos capaces de comprar votos, en las ciudades, los profesionales que escondían algunos esqueletos en el armario, de ganarlos; y en la capital, los señores que nunca se ensuciaron los zapatos, de poseerlos. Pero, entre todos ellos, y de vez en cuando, se alza una voz, cuya garganta y pulmones son aún honorables.

CRÍTICA LITERARIA "PROFESIONAL", MIS POLAINAS

Por Alan Luna

Qué estancada debe estar la ambulancia literaria en nuestro país para que un grupito se asuma como el Priorato de Sión de la crítica entendida. Tanto bla bla bla disparado desde las jaurías y desde las torres más decentes, para terminar entendiendo que el principal y único crítico es el que gasta su platita para comprar su libro original o pirata. Ya sea catedrático o analfabeto de la sensibilidad. El problema es la publicación de dicha opinión en medios de influencia, y bueno por eso sólo deberán responder los dueños de dichos medios que contratan a esos "críticos" literarios. Después de todo a quién le importan las críticas del grupito que toda la vida se comporta como un filtro, básicamente, de sus más cercanas amistades.




César Hildebrandt, escritor

Por Alan Luna

A estas extrañas alturas creo que nadie podrá negar la vena literaria de Hildebrandt, y bueno más que una vena, un sistema vascular completo. Un sistema que va de la mano con la decencia y la justicia, elementos cada vez más difícil de hallar en los escritores jóvenes. Alguien habló del accidente que resultó la primera y única novela de Hildebrandt. La verdad no he podido leerla aún, pero con lo autocrítico que resulta ser César, no dudo que se halla autoflagelado en demasía y públicamente. Desearía leer esa novela y sacar mis propias conclusiones. Teniendo en cuenta que Hildebrandt fue un de los ganadores o menciones honrrosas del cuento de las 1000 palabras de CARETAS, cuento que también he buscado en diferente medios sin mayor suerte.

La columna de Hildebrandt es una columna literaria, tanto como lo fue o es Piedra de Toque la de Vargas Llosa. Pero la pregunta es si se animará César a publicar una nueva novela. Imagino, y espero no equivocarme, que César debe tener escondido algún borrador azul por ahí entre sus papeles de honestidad y denuncia. Sería un evento memorable una nueva novela de Hildebrandt, y más ahora que está "felizmente" divorciado de la televisión. Si alguien sabe en qué lugar de la red se puede hallar la novela o el cuento de César, hágamelo saber. Gracias



ARJONA, cliché de lo supervalorado
Por Alan Luna

¿Puede existir un artista más cursi y demagogo que Arjona? Lo dudo. ¿Puede alguien ser más valorado innecesariamente? Claro, Arjona. Veamos. Qué hace Arjona dentro de la música latina; pues incrementar la estigmatización de lo huachafo sin remedio. Arjona sabe jugar al filósofo. Claro filósofo para una corte de tuertos, que creen que la paradoja y los clichés literarios son meritorios de la trascendencia. Arjona abusa, casi hasta lo delictivo, de la paradoja sentimental utilizando el mismo método desde hace 20 años. Sus canciones son bandas sonoras para telenovelas rosadazas. El cree ser un trovador, y quizá lo fue con "Jesús es vervo y no sustantivo", pero luego se convirtió en un "ejecutivo" más del cliché latino. Osea que los músicos latinos sólo deben ser torpes y cursis, apolíticos, creer que se vive en un paraíso florido, establecer sus parámetros de acuerdo a lo que dicta la disquera y el manager, a lo que te dicta la radio más romántica del barrio. Arjona, no lo podemos negar, tiene lo suyo, pero la excesiva difusión resulta casi ofensiva teniendo en cuenta que hay tantos buenos músicos que esperan una oportunidad. Incluso músicos románticos, que no son necesariamente mis preferidos, pero que respeto, y que merecen una oportunidad en este monopolio de los mismos cantantes de toda la vida, y de aves pasajeras de la industria más plástica.

Escribir en nombre del Sol, aquel del sábado azul por la mañana
Por Alan Luna

Al escribir se hace o se deja aparte un poquito de alma. Se busca solucionar el mejor conflicto de posición. Se resinde el contrato con la cursilería. Se apoya el codo en el mejor de los muebles de la soledad. Se limpian las enfermedades de la política. Se auspicia el color de las tardes. Se limpia el lente que nos hace llorar. Se mastica la rabia con tabaco. Se desperdicia la cordura decente. Se aniquila a los zancudos pataslargas de la necesidad. Se aprende a mentir, a mentirse a uno mismo, a engañar a los demás. A creerse una filosofía pálida y desfasada, muy parecida a considerarse el elegido. Se captura la escencia de la brutalidad, de la ternura. En resumen se hace el ejercicio de los eunucos en una playa brasileña.

Nota: Imagen tomada de : http://www.gratisblog.com/weblogs/piedelmundo/escribir.gif

No sabemos qué será de la literatura, pero sí de los escritores
Por Alan Luna
El futuro despertó hace dos siglos con las revoluciones industriales. Y la imprenta nos facilitó la vida. Un día llegó el ordenador y se devoró a la imprenta, la desmigajo en sus fauces de html. Las cosas se hicieron más fáciles, y todos no servimos de ello. Era obvio y necesario. Un día aparecerán los nuevos escritores, aquellos que escanearán la realidad con sus sensores ópticos, cada vez menos humanos. Los temas serán dictados por una computadora madre, y ya no habrá novedades, porque nadie querrá cambiar las cosas. Los blogs serán desterrados por otras páginas conectadas directamente al sistema neuronal de las personas y artistas. Sólo el ingenio virtual será valorado, ya que la sensibilidad habrá desparecido de las venas. Claro, todo eso tomando en cuenta que nadie leerá nunca más. Sólo se aplicará la ley del receptor secuenciado. Los mejores escritores serán los que tengan un código de barras made in Japón.

Nota: Imagen tomada de www.androidworld.com

El Mundo se apaga de tanto calor, señor Bush

Por Alan Luna


El calentamiento global nos asfixiará, y ese será el epílogo de nuestra mal llamada civilización. No señores, no acabaremos como Evangelion, o como Matrix. No. El calor nos asfixiará. Nuestros hijos administrarán, sin mucho exito, las máquinas de aire acondicionado y los hornos microondas a la vez. Señor bush, su país arrasa con hectáreas de dignidad amazónica y humana. Sus androides liberan más ozono que nuestros artefactos. Aunque, debemos ser concientes que todos somos parte de esto, aunque en menor porcentaje, pero siempre parte de esto. Somos la única especie suicida que incendia su dormitorio para vender las cenizas. De qué servirán los dólares cuando regresionemos a esos mamíferos del cretácico que corrían a esconderse entre los huesos de los dinosaurios. El calentamiento global ya ha dejado sentir sus efectos, aunque siempre lo tomemos como fatales casualidades de la normal vida geográfica. Llegará el día en que no se abrirán más los caños, y los sumideros suspirarán un aliento caliente y fulminante.
Nota: Imagen tomada de gloriamundi.blogsome.com
TRUJILLO, Entrevista a Carlos Michi: Tengo un sueño que es demasiado real
Por Alan Luna

A Carlo Michi lo encontramos como de costumbre en las afueras del Noctámbulus-Púb., ya sea sentado, o conversando con algún amigo, dándole interminable cuerda a un nuevo proyecto, o a un nuevo sueño. En esta oportunidad lo citamos para dialogar sobre su más reciente proyecto con los cantautores trujillanos, además de saber algo sobre su filosofía de vida, música y fe.
CARLO MICHI, medio siglo no es nada
¿Quién es Carlo Michi?, se pregunta el hombre de cabello blanco y gesto amable, el de la filosofía simple y la sonrisa dispuesta, y se hace la pregunta como respondiéndose en el acto.
Carlo Michi, es el que ves acá, contesta. El ser humano que ha madurado, espiritual e intelectualmente; el que se ha aperturado a Dios, y a sí mismo.
Son cincuenta años que lo tienen satisfecho, en parte, porque son los tiempos más fértiles de su mensaje, y en parte, porque no son casi nada para alguien que espera otro medio siglo de música, amigos, sueños, y sobre todo, de Dios; medio siglo ya pactado de antemano con el señor de arriba.
El mensaje
Le preguntamos como emparenta su mensaje con la música, y nos responde que no hay necesidad; que ambos de por sí ya van unidos. Carlo nos habla de Dios con claridad, pero principalmente con convicción. Con la convicción del que ha sentido su presencia divina. Nos dice que el ha cometido errores, y que de todo ha aprendido, que sabe ahora perfectamente que no hay otro camino sino es a través del creador.
Hablando de crear, nos cuenta también que es feliz creando, que por eso estamos hechos a imagen y semejanza. Sonríe. Dice que a sus cincuenta y tantos, sabe lo que es la felicidad, que siempre tendrá una sonrisa en el rostro; que la pasó mal pero que lo rescató Dios, a través de muchas personas que lo ayudaron en el momento que casi fue el final.
Antes de cruzar la otra línea
“Estuve a punto de morir, no se me podían acercar, olía a muerto” nos revela, mientras prende uno de sus acostumbrados cigarros bajo una tenue garúa de la noche del jueves. Estamos sentados en las afueras del Noctámbulus-Púb. Dios me salvó mientras otros me daban por desahuciado. “Regresé de la muerte” y toda por la gracia del Señor. Carlo es un músico y habla como filósofo de la fe. Una enfermedad casi le hace cruzar la línea, casi le hace colgar la guitarra para siempre. Pero está de nuevo acá con tantas o más fuerzas que antes. Cree en su apertura intelectual, le gusta la gente con la que pueda conversar. Un músico tiene un don, y debe saber utilizarlo. No es músico el chico más bonito, o el que toca mejor, sino el que transmite mejor sus sensaciones, sean humanas o espirituales.
El sueño mayor
“Dios me regaló una guitarra blanca con incrustaciones de oro, y esa guitarra la llevo dentro”, esa guitarra, -nos relata-, es un pacto con el de arriba, es un pacto de vida, y vida es lo que más le sobra en estos momentos a Carlo. Anda de un lado para otro buscando cosas, elaborando nuevos sueños y proyectos, abriendo nuevas ventanas para su música y la de sus amigos.
El sueño de la guitarra le devolvió el Norte a su brújula y las ganas de volver al ruedo. Está afincado aquí en Trujillo hace un tiempo. Pero su aspecto lo delata, es de descendencia italiana. Su talante bonachón debe pertenecerle por raza.
Las nacionalidades
En realidad es tan peruano como cualquiera de nosotros, tiene quizá la suerte de poseer dos nacionalidades, la peruana y la italiana, o sea un italo-peruano. Pero Carlo nos corrige, dice que tiene en realidad tres: la peruana, la italiana, y la de la tierra. Sí, la de la tierra, esa que es más extensa que las anteriores, pero que por ahora necesita más pasaportes que cualquiera.
La música
Carlo nos dice que el medio más bello y eficaz para tocar a Dios es la música. Después de todo es y será la expresión más primaria del ser humano. Carlo y el blues son amantes desde muy temprana edad. A los catorce años llegaron a sus oídos los primeros discos, y desde entonces parece seguir en este eterno perfeccionamiento, no sólo técnico, sino expresivo. En el escenario parece fluir como el humo, y toma otra dimensión. Estira el clímax hasta donde puede, para luego darle espacio a la calma. Lo acompañan en esta danza generalmente de dos a tres músicos, todo un rito de sana elevación. Y cómo no sentirse bien si al final alguien se le acerca y le dice que nunca ha visto a un Dios tan de cerca. Carlo recuerda la anécdota y sonríe. Después de todo eso es lo más bello de los conciertos, reconoce. Recuerda entonces una de las fechas del Expo-Blues, cuando al final del concierto se le acercaron a felicitarlo gente de las tres generaciones, mayores, jóvenes y niños, vaya que los niños son la satisfacción más grande. Si Dios no le dio hijos naturales, sí que le dio muchos hijos adoptivos, muchos hermanos de cariño.
Un pequeño Woodstock
“No hubo nada como Woodstock”, fueron tres días de amor, paz y música. Nada se le igualará”. Nos cuenta Carlo, dice que hubo otros intentos de esa magnitud pero que no llegaron a trascender en el inconciente colectivo con el mismo nivel y profundidad que el original. Carlo está buscando su propio Woodstock, sus conciertos lo son para él. Los recitales con sus amigos, también. Se siente satisfecho con lo que logró el Expo-Blues, una pequeña sucursal de la libertad.
Llega gente al Púb, y Carlo se dispone a atenderlos personalmente, entonces nos despedimos para dejarlo hacer su trabajo, hasta una nueva oportunidad.

NO ME GUSTA EL PISCO Cultural
Por Ybrahim Luna

El Perú es un país pobre culturalmente. En el sentido productivo de la palabra, y quizá en el sentido más enajenante. Pero, de igual modo, de qué nos sirve sacar el cadáver exquisito de César Vallejo al sol, y mostrarlo como un trofeo de la historia. Si acaso nadie lo ha leído. Y sin embargo eres un buen "peruano" si te emborrachas con pisco antes de ir a dar al acantilado con tu auto mareado y a excesiva velocidad. Somo ricos, millonarios musicalmente porque tenemos a Chabuca. Pero quién a escuchado más de diez temas chiclés de ella, quién sabía que la inconmensurable Chabuca había escrito casi 400 canciones. Quién la ha oído cantar en francés o en inglés. De hecho muy pocos, y es que nosotros los peruanos todo arte lo que queremos hacer bailable y que cueste cinco soles. Y encima nos piden que celebremos con pisco. No me gusta el pisco, prefiero una fermentada y refrescante chicha de jora serrana. Gracias por la curiosidad, y perdón por la tristeza.
Casi de Literatura, de realismo maravilloso

De Cajamarca al mundo:
Yma Sumac, la “princesa inca”, y su estrella en el Boulevard de la fama


Escribe: Alan Luna Rodríguez

Este, es el extraño cuento de hadas de la princesa inca que llegó un día a Broadway, a las Vegas, a Hollywood; que filmó con Charlton Heston, que tuvo una estrella en el Boulevard de la Fama, que fue considerada como una de las voces más dotadas del mundo, y que un día desapareció, como tragada por un enigmático autoexilio.
Yma Sumac, o Zoila Augusta Emperatriz Chavarri del Castillo, nació en el Callao, -entiéndase por casualidad, por una eventualidad de pasajeros-, pero se crió desde que tuvo uso de memoria en Ichocán, un pequeño distrito de Cajamarca. Los primeros años de la “princesa inca” (se decía que la madre era descendiente directa del último inca, Atahualpa; afinidad difícil de probar, aunque se haya intentado) transcurrieron en su pueblo, en donde, cuenta la crónica-leyenda, hablaba cantando con los pajarillos, imitando el sonido de las aves. Despertando la fascinación de audaces personajes que no esperaron para llevarla a la capital y explotar, con justicia o no, todo su potencial. La princesa cantaría entonces en Radio Nacional, deslumbrando a los oyentes con su precocidad y peculiar entonación.

Con el éxito llegó el amor, o algo parecido a ello, quizá el interés vestido de terciopelo, o un simple deslumbramiento, lo que haya sido llegó a su vida. Un talentoso príncipe se casó con ella. Moisés Vivanco la desposó en 1942, cuando ella era aún una adolescente, para luego de la unión pasar a ser su manager, tutor, productor, asesor artístico y padre de su hijo.
Perú, su mundo, como todo, empezaba a cambiar, y a maravillarse cada día más con su inalcanzable voz. Fue extraño cómo la suerte se movió en torno a ella; como extraño fue todo el velo que cubrió su vida privada, y que no dejó ver más allá de lo escrito en notas periodísticas, objetivas y sensacionalistas.
Un día Yma Sumac emigró; un día regresó, un día apareció en la televisión y conquistó a la teleaudiencia. Y la potencia norteamericana puso sus ojos en ella. En 1950 firmaría por la conocida disquera Capitol Records, para grabar discos como La voz de Xtabay, Fuego del Ande, La leyenda de la virgen del sol, Jíbaro, y otros; llegando al estrellato del modo más explosivamente cosmopolita. Incluso la princesa inca, del pequeño pueblo cajamarquino llegó al celuloide, para rodar junto a uno de los más grandes príncipes en ciernes, el actor Charlton Heston, el film que llevaría por titulo The secret of the inca (1952). Y como todo siguió cambiando, ella cambió, su forma de cantar cambió, su registro insólito (posiblemente de cinco octavas),sus pretensiones, y todo al ritmo frenético de una historia hollywoodense; lo que no perdonó una cucufata sociedad intelectual limeña que dominaba todo el movimiento cultural de la capital; llegando incluso a impedirle una presentación en el Teatro Municipal, ya que no le perdonaban la supuesta traición de sus raíces, al considerar que su música se había transformado en una especie de hibridación, medio étnica, medio psicodélica, medio under, relegando el aspecto de la noción “peruano-andino”. La princesa, explicablemente resentida se alejó del pequeño mundo que la vio crecer.
A mediados de los cincuenta, Yma Sumac se nacionalizó estadounidense. Pero ciertos problemas, según los rumores, extramaritales y financieros, harían temblar seriamente su sólida estrella. Es entonces que la princesa parte al país de las estaciones frías, Rusia, atendiendo a una invitación de su presidente. La potencia la recibe con calidez, y en ella Yma se pasea por un incontable número de ciudades, dando conciertos multitudinarios. Después de algunos años de éxito, regresa a EE.UU., en donde el boom por lo místico andino había pasado de moda; el recibimiento es indiferente y casi imperceptible. Y con todo eso, llega el escándalo del desamor, y el inevitable divorcio de Vivanco en 1965.

Luego de cierto silencio, la princesa de cuarenta y tantos años, vio revivida su estrella, aunque sea por un instante, en la década del setenta, coincidiendo con el renovado pero fugaz interés que se cobró por esa música “exótica”. Desde entonces poco se sabía, hasta ahora que volvió a pisar su tierra, de la princesa inca, cajamarquina, que un día habló con los pajarillos y que hoy a sus ochenta y tantos años pisa, de vez en cuando, su estrella en el Boulevard de la Fama.