García y ¿la política del escarmiento?


Hace más de dos semana, el general PNP en retiro, Alberto Jordán Brignole, fue sentenciado por el Tribunal militar-policial a 18 meses de prisión condicional y al pago de 10 mil nuevos soles de reparación civil en el proceso que se le sigue (apelará) por desobediencia e incumplimiento del deber en los hechos del denominado "Moqueguazo", ocurridos el 16 de junio del 2008. Jordán, en su descargo, asegura que con su actitud dialogante, “con prudencia y respetando los derechos humanos”, trató de evitar el desalojo violento del puente Montalvo, en el que “tranquilamente hubiesen muerto unas 60 personas, entre policías y civiles”, precisó.

Si eso puede ser tomado como desobediencia al superior, ¿dónde está el criterio discrecional de los jueces para establecer que Jordán buscaba preservar la vida por encima de las órdenes que a todas luces iban a desembocar en una tragedia? ¿La del ex presidente García fue una política de escarmiento a cualquier costo?

En entrevista con La República, el jueves 19 de enero, el general responde:

“¿Inicialmente usted fue hacia el puente decidido a ejecutar el desalojo?
Sí, pero me encontré con aproximadamente 25 mil personas, y nosotros éramos entre 400 y 500 efectivos. Entonces, opté por el diálogo. Primero Octavio Salazar (director de la Policía) me envía sin armas, pero a las 4 y 30 de la tarde Salazar y Luis Alva Castro (entonces ministro del Interior) me exigen que saque las armas y haga desalojar a los manifestantes porque era una orden del presidente Alan García

¿El control del conflicto se les escapó de las manos?

A las 4 de la mañana (del 16 de junio del 2008) acordamos con los dirigentes de Moquegua reunirnos cuatro horas después (a las 8 a.m.), porque ya habían aceptado desbloquear los caminos por 48 horas, y sobre ello le informé al general Octavio Salazar. Pero ellos (en el gobierno) querían el desalojo para que sirva de escarmiento, a fin de que no se reproduzcan hechos iguales en otros lados. En pleno diálogo (en la parroquia), un dirigente es informado de que les están arrojando bombas lacrimógenas a los manifestantes en el puente Montalvo, y me llamó traidor. El general Salazar le había ordenado al coronel Clever Vidal desbloquear el puente lanzando bombas lacrimógenas”.

¿Qué hizo Ud.?
Fui al lugar acompañado de 25 efectivos para evitar muertes. Cuando subimos a la colina, los manifestantes nos lanzaron una lluvia de piedras, y en esas circunstancias caí y me rompí la muñeca... y nos retuvieron”.

Hay tres aspectos fundamentales que esgrime Jordán y que llaman a preocupación: -“ya habían aceptado desbloquear los caminos por 48 horas”, -“Pero ellos (en el gobierno) querían el desalojo para que sirva de escarmiento”, y -“me exigen desalojar porque era orden de Alan García”
Señalamientos que coinciden con las percepciones de quien hiciera uno de los informes más contundentes e informados de los últimos tiempos sobre la tragedia del Baguazo, el congresista Güido Lombardi. Cabe recordar que los hechos del “Baguazo” ocurrieron precisamente un año después del “Moqueguazo”, el 05 de junio del 2009, con el saldo de 34 muertos.

Lombardi, en entrevista con Jaime de Althaus en Canal N, en junio del 2010 dice textualmente:

“Lombardi: Hemos recibido el testimonio de la ministra Carmen Vildoso, que ha declarado ante la Comisión, que en ese Consejo de Ministros del 03 de junio (dos días antes de los sucesos), el presidente (García) expresó su preocupación, y dirigiéndose a la ministra Cabanillas le dijo: “ministra, ya es hora” (…)

Althaus: ¿Para qué cambian al general Uribe por el general Muguruza cuarenta y ocho horas antes (del operativo)?

-Lombardi: Porque Uribe era una persona que hace cincuenta días venía negociando y ya no se quería negociar. Yo tengo la impresión de que se actuó con precipitación a sabiendas de que los nativos se retiraban el cinco (de junio), es decir para no dejarlos retirarse sin un escarmiento.

Althaus: ¿Eso es posible?

-Lombardi: Es perfectamente posible. Era vox populi, no hay documentos que lo prueben, pero era una decisión. No lo pongo ahí (en el informe) porque no lo puedo probar, pero es mi sensación”.

En ambos casos parece existir un patrón común de acción, y no solo en lo referente a la pésima logística con que se desarrollaron las incursiones policiales, sino en lo referente “al escarmiento”

Preocupante desde donde se mire, y más aún si se toma en cuenta que, según la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales, la cifra de muertos -por ese concepto- durante el gobierno del ex presidente Alan García fue de 191 personas, siendo153 fallecidos civiles y 38 pertenecientes al ámbito castrense.

¿Tan elevada cifra fue el resultado de un manejo oficial que tuvo como rompehielos ideológico la política del Perro del hortelano? ¿Se investigarán todos los casos hasta llegar a la verdad?

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