“DEJA VU” para optimistas
Por Alan Luna
Cuando creas que se puede cambiar el mundo, te estrellarás con tu canoa en una saliente rocosa; cuando vuelvas a creer que se puede cambiar el mundo, te estrellarás con tu barco de triplay en un peñasco como el del Gibraltar, e irás a dar irremediablemente al fondo de tus optimismos. Cuando hables de cambio te pedirán soluciones, cuando des soluciones te pedirán paciencia, y cuando tengas paciencia te habrás fosilizado.
Cuando digas que el mundo está de cabeza, tú lo estarás con el…
Cuando creas que naciste para algo, ese algo te devolverá un reflejo de inútil belleza y sacrificio. Cuando creas que eres el elegido para llevar la antorcha, nadie te sacará a bailar. Cuando imagines que el uno por ciento del mundo está mejorando, el doscientos por ciento estará empeorando. Cuando creas que tu vida es meritoria de una biografía, tu epitafio será editado entre los anuncios clasificados de un diario cualquiera. Cuando informes que estás entrando al ruedo, los oídos habrán fugado por la puerta de escape. Cuando creas que todo está en su lugar y enfocado, descubrirás que el calidoscopio te ha tomado el pelo. Cuando confíes en el sol como vitamina D, te habrá dado insolación y quemaduras de primer grado. Cuando supongas que todo está tan mal que no se puede poner peor, un hoyo de buzón te esperará en la esquina. Cuando te creas el telepromter de los decálogos de Cornejo, un encantador de serpientes habrá sido picado en la mano. Cuando tengas el valor de pedirle un aumento a tu jefe, tu hijo estará ganando más que tú. Cuando hagas de la utopía un atajo para el ocio, y encima seas descubierto, los productivos te habrán colocado un código de barras en la nuca. Cuando creas que se puede cambiar el mundo,… el mundo te habrá anestesiado, y quizá, sólo quizá, estés un poco más tranquilo.
Por Alan Luna
Cuando creas que se puede cambiar el mundo, te estrellarás con tu canoa en una saliente rocosa; cuando vuelvas a creer que se puede cambiar el mundo, te estrellarás con tu barco de triplay en un peñasco como el del Gibraltar, e irás a dar irremediablemente al fondo de tus optimismos. Cuando hables de cambio te pedirán soluciones, cuando des soluciones te pedirán paciencia, y cuando tengas paciencia te habrás fosilizado.
Cuando digas que el mundo está de cabeza, tú lo estarás con el…
Cuando creas que naciste para algo, ese algo te devolverá un reflejo de inútil belleza y sacrificio. Cuando creas que eres el elegido para llevar la antorcha, nadie te sacará a bailar. Cuando imagines que el uno por ciento del mundo está mejorando, el doscientos por ciento estará empeorando. Cuando creas que tu vida es meritoria de una biografía, tu epitafio será editado entre los anuncios clasificados de un diario cualquiera. Cuando informes que estás entrando al ruedo, los oídos habrán fugado por la puerta de escape. Cuando creas que todo está en su lugar y enfocado, descubrirás que el calidoscopio te ha tomado el pelo. Cuando confíes en el sol como vitamina D, te habrá dado insolación y quemaduras de primer grado. Cuando supongas que todo está tan mal que no se puede poner peor, un hoyo de buzón te esperará en la esquina. Cuando te creas el telepromter de los decálogos de Cornejo, un encantador de serpientes habrá sido picado en la mano. Cuando tengas el valor de pedirle un aumento a tu jefe, tu hijo estará ganando más que tú. Cuando hagas de la utopía un atajo para el ocio, y encima seas descubierto, los productivos te habrán colocado un código de barras en la nuca. Cuando creas que se puede cambiar el mundo,… el mundo te habrá anestesiado, y quizá, sólo quizá, estés un poco más tranquilo.
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1 comentarios:
Muy bueno eh...
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