OTRAS PERSPECTIVAS DEL BOOM LATINOAMERICANO
(Por Alan Luna)

Buscaba en la noche, en la PC, una definición complementaria de Boom Latinoamericano para un artículo. Y esto fue lo que hallé en una de las enciclopedias virtuales más grandes de la red, Wikipedia:
"El Boom Latinoamericano hace referencia a la
literatura hispanoamericana publicada durante el tercer cuarto del siglo XX que dio difusión en Europa a los autores del sur del continente americano. Las novelas del Boom se distinguen por tener una serie de innovaciones técnicas en la narrativa, como el Realismo mágico y Lo real maravilloso. Escritores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Miguel Ángel Asturias, Álvaro Mutis, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, José Lezama Lima o Juan Rulfo, son los mejores representantes de esta “corriente”.
Nótese esta frase: “que dio difusión en
Europa a los autores del sur del continente americano”
Esto coincide con los argumentos del libro “EL BOOM de la Novela Latinoamericana” del crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal, crítico muy reconocido por su rigor conceptual, y posiciones heterodoxas respecto a lo establecido, que nos habla del boom en un tono muy diferente al de la enseñanza convencional. Nos proporciona una visión quizá controversial, pero de hecho más informada y analítica. Y es que, para entender la génesis del boom hay que conocer el escenario político, cultural y económico en que se dio.
Algo que no conocía, por ejemplo, era el papel fundamental que jugaron algunas casas editoras españolas en la difusión (reconocimiento) de esta corriente literaria. Y, sobre todo, qué intereses motivaron este apoyo. Fueron acaso únicamente culturales. En esta reseña R. Monegal nos da su punto de vista:

"La política española del Libro
“Desde otro campo del espectro político, de la España de Franco, llegará el impulso que convertirá este boom latinoamericano, esta revolución cultural cubana, en boom realmente industrial. Aquí la base económica pre-existe al boom: es la necesidad de España de rescatar el mercado hispanoamericano del libro, que había dominado por completo hasta 1936 y que, a partir de esa fecha, era controlado por editoriales mexicanas y argentinas, sobre todo. En los años cincuenta, España trata de reconquistar el mercado por la centralización de las exportaciones, realizadas con el apoyo masivo del régimen; por una política de traducciones de cuanta obra pueda atraer a toda clase de lectores; por la promoción de la novela y la poesía españolas mediante innumerables y por lo general mediocres Concursos. Aunque se produce un renacimiento de las letras españolas, ese renacimiento no es suficiente, ni cuantitativa ni cualitativamente, para sostener una política cultural tan expansiva como la del régimen. El triunfo de Fidel Castro y de la izquierda intelectual latinoamericana habrá de dar, paradójicamente, a la intelligentzia española la posibilidad de conciliar sus intereses con los del Gobierno.
Tal vez la editorial que mejor aprovecha las curiosas circunstancias sea Seix-Barral, de Barcelona. (EL BOOM de la Novela Latinoamericana, de Emir Rodríguez Monegal, Editorial TIEMPO NUEVO s.a. 1972. Pág. 22 - 23)

En el análisis de una realidad se juega al detective. Y, a veces las sorpresas terminan engullendo al investigador. Latinoamérica se convirtió en el escenario de una revolución cultural y política que corrió las cortinas del status quo para mostrarnos la mejor parte del fermento ideológico de un contexto expresivo que era considerado hasta entonces como la evidencia folklórica del patio trasero, para evidenciar, no sólo un compromiso social-artístico, sino básicamente la inteligencia y fuerza creativa de una posición ante el mundo, una posición con identidad propia: el lenguaje y la costumbre. Para entender este fenómeno se necesita comprender los climas sociales que se movieron a favor de sus motivaciones. El boom literario es un bello fruto, tan social, tan político, tan geopolítico, como literario. Para culminar nos quedamos con este texto, también final, del libro de Rodríguez Monegal:

"Sólo entonces
“Es posible, aunque no completamente seguro, que el boom haya muerto y que sus últimos ecos han dejado de sonar. También es casi seguro que la nueva novela latinoamericana y (sobre todo) que la nueva literatura latinoamericana no sólo esté viva sino que goza de muy buena salud. Lo que ahora se necesita es aprovechar el relativo silencio publicitario para escuchar mejor cada vez, Encerrarse a leer y releer, volver a mirar lo visto, tomar distancia, hacer balance. Es decir: ocuparse de lo que importa. Sólo así el estrépito y el furor del boom habrá dejado algo más que una sensación de vacío. Sólo así se podrá rescatar a las letras de todo un continente de las irresponsables manos de la propaganda, sea esta comercial, confesional o (como se quiere ahora) “ideológica”. A empezar, pues. (EL BOOM de la Novela Latinoamericana, de Emir Rodríguez Monegal, Editorial TIEMPO NUEVO s.a. 1972. Pág. 104)

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