De dolores y descansos (Caso Cantuta)

Hace unos días, después de dieciseís años, se enterraron por fin los restos de los nueve estudiantes y el profesor de la Cantuta. Los familiares, las ausencias, los dolores y la sociedad civil estuvieron presentes. Hubo un espacio para recordarlos, dieciseís años después de que un destacamento paramilitar, el grupo Colina, en la dictadura de Fujimori, los eliminara e incinerara como parte de una política de Estado.

Fujimori está siendo juzgado por el caso. Y se espera, como todo ser racional esperaría, que se dictamine su culpabilidad.

Latinoamerica ya no puede ser ese paraíso de dictadores, ese patio trasero de la democracia, ese silencio terrible de los hijos que nunca más llegaron a casa.

Parece que una mañana, muy pronto, despertará clara después de tantos capítulos oscuros en esta latitud sur. La justicia ha de encargarse de ello.

Algunas familias, muchas madres, podrán tener ese respiro visceral y de paz que no tuvieron en dieciseís años de espera, y que sin embargo les ha dejado inevitablemente algunas heridas que jamás cerrarán y que guardarán en algún lugar infinito del silencio...

Para todos los ausentes:





Foto: RPP