Ponme la mano aquí Macorina…y no le digas que la viste llorar al decir ciertas palabras acerca del tiempo y sobre esos detalles borrosos de los recuerdos. Ni le invites otra copa que ya no bebe. Pero, de hecho, sí puedes visitarla en el boulevard de los sueños rotos y llevarle a los amigos de siempre en una cajita de pañuelos coloridos, y presentarle un antiguo amor que ella sabrá defenderse con su pistola.
Vida (documental):
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