FUJIMORI, los intentos finales del dragón enfermo


Los alegatos de la defensa de Fujimori ante la justicia chilena sólo han demostrado algunas cosas que ya sabíamos: la desesperación de Fujimori por una posible derrota judicial, y su inexistente conciencia moral

Leer el siguiente artículo, extracto tomado de "RESISTENCIA": http://www.resistencia.org
SANTIAGO MARTIN RIVAS: Orden de matar "vino de arriba"
Fuente: La Republica del 25/09/2003

En un testimonio que, según se conoce, aparece en el libro "Ojo por ojo", del periodista Umberto Jara, el mayor EP (r) Santiago Martin Rivas, ex jefe operativo del grupo Colina, señala por primera vez la responsabilidad del ex presidente Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos Torres en las matanzas de Barrios Altos (tres de noviembre de 1991), del penal Canto Grande (seis de mayo 1992) y La Cantuta (18 de julio de 1992). El oficial del Ejército en retiro, quien hasta ahora había guardado silencio sepulcral, revela que "Fujimori seguía el asunto (del terrorismo) paso a paso. Se enteraba y autorizaba y ordenaba los operativos. Le digo que hubo muchos. Digamos, algunos de rutina, o menores, pero el de Barrios Altos fue uno de importancia, y la orden vino desde arriba". De judicializarse la declaración categórica de Martin Rivas, contribuiría a implicar al ex presidente Fujimori y a su ex asesor en eliminaciones extrajudiciales y comprometería la situación de ambos.
Hay que señalar que, al mismo tiempo, el testimonio sorpresivo de Santiago Martin Rivas, recogido en el libro de Umberto Jara, intenta justificar a lo largo de sus 200 páginas, la estrategia antisubversiva de terrorismo de Estado -al que denomina "guerra no convencional", "guerra clandestina", "combate de baja intensidad" o "guerra sucia"-, concepción que se encarnó particularmente en la acción clandestina del grupo Colina. No obstante, Martin Rivas se resiste a admitir la existencia del grupo Colina con dicha denominación, se trata de una formalidad, si nos atenemos a sus declaraciones relacionadas con la conformación del comando criminal.

LA LÓGICA DE LA MUERTE
Para el el jefe de Colina, un escuadrón de aniquilamiento es estructurado de tal manera que recibe órdenes directas desde la más alta instancia. En el libro, Martin Rivas afirmaría que su formación se debería a la necesidad del régimen de Fujimori de demostrar ante el país eficacia contra el terrorismo. Martin Rivas argumentaría que a Fujimori no le quedaba otra opción que la de consentir un aparato clandestino bajo su estricto control, y que de la misma opinión era Montesinos, ya que era evidente el avance de Sendero Luminoso.
El autor de "Ojo por ojo", Umberto Jara, informaría hoy, en la presentación del libro, de la existencia de un disquete que contendrían las actas de dos reuniones decisivas: una mesa redonda del comando del Ejército con los jefes de las regiones militares y de las grandes unidades, y otra cita de los jefes de los servicios de inteligencia de los institutos armados y la policía. Ambas se llevaron a cabo en junio de 1991. En ellas se habría aprobado una política antisubversiva que consagró la conformación de un destacamento de operaciones especiales de inteligencia. Probable fundamento de la creación del grupo Colina.

LA "VERDAD" DE MARTIN RIVAS
Martin Rivas justificaría la "guerra sucia" alegando que en todo conflicto se producen bajas y que los militares reciben de la sociedad el encargo de combatir al enemigo, asumiendo el costo de los resultados. El problema surgió debido a que Fujimori y Montesinos no cumplieron con su palabra de explicar al país la lógica de esa estrategia.
Sin embargo, en lugar de honrar sus compromisos, el ex presidente y el ex asesor creyeron que responsabilizando al grupo de subalternos, que constituían el grupo Colina, se solucionaría el problema, se quejaría Martin Rivas y lo diría en tono de decepción ante Umberto Jara. Esa situación lo habría estimulado a decir su verdad al autor de "Ojo por ojo".
Recordaría que Colina no actuó por su cuenta, ni era un grupo de militares de desadaptados al margen de la línea de mando. Santiago Martín alegaría que si habría sido así no era difícil encerrarlos o desaparecerlos.

CÓMPLICES DESENMASCARADOS
"Si no lo hicieron, si se opusieron a las investigaciones y al final dieron una Ley de Amnistía es porque ellos, Fujimori, Montesinos y Hermoza, tomaban las decisiones", sostendría Martin Rivas en el libro.
La versión del mayor retirado sobre cómo impusieron la Ley de Amnistía demuestra las pruebas que el jefe del temido escuadrón puede guardar bajo la manga.
Fujimori, Montesinos y Hermoza prometieron al grupo Colina que en junio de 1995, antes del inicio del segundo mandato, se promulgaría la Ley de Aministía. El ex jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINTE), enviado por Fujimori, general Juan Rivero Lazo, les comunicó que habría una postergación del cumpli-miento de la promesa, lo que desató una crisis. La paciencia colmó a Martin Rivas y su grupo preso en el Cuartel Bolívar de Pueblo Libre. De inmediato, les alcanzó un proyecto de ley que había confeccionado copiando normas similares de otros países. Pero, además, acompañó el proyecto de un mensaje para el trío Fujimori, Montesinos y Hermoza.
Era una abierta amenaza. Martin Rivas habría comunicado al ex presidente que había distribuido sobres manila a personas de confianza que contenían los detalles de los operativos de Colina ordenados por Fujimori, y que tenían la instrucción de revelar el contenido si no se cumplía con la amnistía. "Nos vamos presos todos", habría advertido el ex jefe de la banda paramilitar.
La Ley de Amnistía no tardó en aprobarse y se publicó el 14 de junio de 1995. ¿Qué poder tan convincente tenían (o tienen) los documentos que guardaban esos sobres?

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