Respecto al post
Ensayo: SUPERIORIDAD DEL QUECHUA (I parte) (de Jacinto Cerna)

Uno de los comentaristas, Ernesto, dijo lo siguiente:

Ernesto dijo...

Interesante, pero omite la diferenciacion del uso normal contra el uso respetuoso (equivalente a la 3ra persona) de la segunda persona, lo cual es una simplificacion que no debio usarse pues reduce un poco el rigor.

Espero que comente sobre que el quechua tenia menos vocales que el español.

Pregunta el quechua tiene prefijos o sufijos distinctivos de genero? (amigo, amiga, tio, tia....), el ingles no los tiene y es un problema pues en un parrafo que empieza diciendo "Bill's friend...." puedes pasarte un monton de palabras antes de saber si era un amigo o amiga... Por contra el ingles tiene pronombres posesivos con genero....

El profesor Luis Cerna Cabrera, autor del ensayo me envía esta respuesta:
Estimado amigo Luna:

A modo de una absolución de las inquietudes expresadas en el Blog por el lector Ernesto, le envío un nuevo artículo. Sin embargo, como parece que no satisface todo lo que se me pregunta, me añado que el idioma Quechua no posee marcadores de género. La única manera de determinar si un sustantivo pertenece al género masculino, o al femenino, es a través de los adjetivos 'ullqu' para el varón y 'warmi' para la mujer. Así se dirá, por ejemplo, ullqu churi (hijo) y warmi churi (hija); ullqu wawa (hijo) y warmi wawa (hija). Luego, existe palabras específicas que distinguen el masculino del femenino; por ejemplo: qusa (esposo) y warmi (esposa); wawa (hijo, o hija, respecto de la madre) y churi (hijo, o hija, respecto del padre). Un padre no podría decir jamás: wawaymi (mi hijo, o hija); una madre, por su parte, no diría nunca: churiymi (mi hijo, o hija). En relación con el pronombre 'pay', este significa él o ella, indistintamente, tal como ocurre con 'yo' y 'tú' en el español.
De esta manera, reitero, no existen sufijos para marcar el género en el quechua. Es bueno explicar también que el quechua no tiene prefijos, tan solo sufijos. Es una lengua aglutinante. Una raíz quechua de la variedad Cajamarca puede recibir hasta nueve o diez sufijos. Asimismo, el Idioma de los Incas, por antonomasia, no tiene preposiciones, tan solo posposiciones.
Ahora sí, para complementar, se puede leer el artículo adjunto.

Muy atentamente,

Luis Cerna C.
A CONTINUACIÓN EL nuevo ARTÍCULO DEL PROFESOR LUIS CERNA CABRERA:

LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE: UNA PRIORIDAD

Prof. Jacinto Luis CERNA CABRERA

Docente Auxiliar Contratado a T.C.

Universidad Nacional de Cajamarca

Los profesionales de Cajamarca (Perú) y de toda la Región Andina incluidas sus provincias y que, lamentablemente, ignoran los lineamientos básicos de la lingüística quechua, cualquiera sea la variedad, se encuentran con grandes obstáculos para ejercer su profesión con eficacia y empatía en las zonas de influencia o de sustrato quechua. No se puede concebir, de ningún modo, que en pleno siglo XXI y con un arsenal de leyes que amparan y rigen la educación bilingüe en el Perú tengamos que ver con mucha pena y hasta con indignación a niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos de las zonas rurales que son víctimas de marginación y de agresión moral irreverente. Un profesional egresado de las aulas universitarias que, obviamente, tenga que ponerse en contacto con campesinos de las zonas de sustrato quechua está obligado a saber algo de quechua. Debe saber, por ejemplo, que el idioma quechua tiene solo tres grados de abertura vocálica (/a/, /i/, /u/), en oposición al español que tiene cinco grados de abertura vocálica (/a/, /e/, /i/, /o/, /u/). Por esta razón, un nativohablante no puede decir, por ejemplo, Lorenzo, sino /lurínsu/; tampoco puede decir profesor, sino /prufísur/; así como tampoco puede expresar combi, sino /kúnbi/; etcétera. En el mismo sentido, debe saber todo profesional que en el quechua cajamarquino jamás pueden ir dos o tres vocales juntas, ni en la forma de diptongo, ni triptongo, ni hiato. Por tanto, cuando se trate de los préstamos castellanos, que sí poseen estas concurrencias, las vocales cerradas se convierten automáticamente en semiconsonantes; es decir, la vocal i se convierte en la semiconsonante /j/ y la vocal u se convierte en la semiconsonante /w/. Así, entonces, en lugar de pronunciar tío, se dice /tíju/; en vez de maestro, /majístru/ (y no en pocos casos se escucha decir /místru/); en vez de decir Timoteo, se dice /timutiju/, en vez de amarillear, /amariλijár/; por otra parte, en vez de cohete se dice /kwíti/, en vez de foete se dice /fwíti/, en vez de se ahogó, /sjawgó/, y hay más.

Por otra parte, no existen en el quechua cajamarquino las formas pronominales mi y ti en caso terminal; por ello, un quechuahablante al expresarse en castellano dice: “de yo”, “de tú”, “de él” y no “mío”, “tuyo”, “suyo”, en concordancia con el español castizo, o por lo menos: “de mí”, “de ti”, “de él” como se dice normalmente en el castellano andino y del Perú.

En otras circunstancias, no sería raro escuchar a nuestros niños y niñas de las zonas rurales decir: “Préstame usted tu lápiz”. El profesional debe entender que en el idioma quechua no existe la palabra usted; por tanto, el usuario al hacer el préstamo del español castizo se confunde en la conjugación verbal, no sabe que a usted le corresponde la tercera persona, mientras que a la segunda. Adviértase, en principio, que el enclítico “me” guarda una íntima relación con el pronombre “tú”, sin embargo, se combina asombrosamente con el pronombre “usted”. Si tomamos en cuenta la construcción quechua en donde no existe el pronombre usted, podremos darnos cuenta de que únicamente por influencia del castellano el hablante introduce este pronombre que tiene su origen en el tratamiento honorífico vuestra merced, y, que por una suerte de aféresis, síncopas y apócopes de sus elementos se ha transformado en usted. En conclusión, Si alguna vez un campesino lo(a) tutea, debe usted ser muy comprensivo(a); pues, en el cerebro del quechuahablante no está codificado el tratamiento nobiliario de vuestra merced, que es la expresión de la cual ha devenido usted. Por tanto, no es jamás una falta de respeto por parte del comunicador de sustrato quechua; sucede simple y llanamente que este humilde pero respetuoso ser humano no puede encodificar ni decodificar un signo lingüístico que aún no existe como imagen acústica en su cerebro.

En cuanto al acento en lengua quechua, todas las palabras son graves o llanas, sin embargo, si se presentaran algunos préstamos oxítonos (agudos) o proparoxítonos (esdrújulos), se tienen que transformar obligadamente en paroxítonos (graves o llanos). Por ejemplo, cántaro deviene en /kantáru/; fósforo pasa a ser /puspúru/ (la f tampoco existe en quechua), Manuel se convierte en /manwíli/, Raquel, en /rakíla/, Jesús, en /jisúsa/, Concepción, en /kunsipsjúna/, etcétera. En estos últimos ejemplos estamos hablando de la paragoge, fenómeno gramatical y literario que consiste en la adición de algún sonido al final de un vocablo. Por su puesto que esta fue una figura literaria usada normalmente en el verso tradicional castellano a los efectos de lograr el número de sílabas requerido por la rigurosa métrica.

Estas razones y otras muchas más dan lugar a que la educación bilingüe intercultural sea una urgente necesidad en nuestra Región y en nuestra Patria. Es decir, si pensamos en el Perú como una patria justa, libre, solidaria y auténticamente democrática, debemos asumir el reto de una efectiva comunicación intercultural bilingüe e intersubjetiva, con eficiencia, eficacia y, obviamente, con empatía. La educación bilingüe no debe ser jamás una simple pose política o cultural, ni menos un pretexto para embarcarse en la consecución de intereses personales o de una inocultable figuración, llegando contrariamente al extremo de convertirse en un medio de segregación, pobreza y miseria de un vasto sector de nuestro pueblo secularmente excluido. La educación bilingüe debe ser una teoría y una práctica aquí y ahora en nuestra Región y en todo el territorio nacional. Debe ser una realidad solidaria, humana y sincera propia de la civilización del siglo XXI. ¿Se tendrá que postergar un siglo más, cinco siglos más para que nuestros descendientes hablen otra vez de lo mimo?

Con este ligero apunte, pretendemos desvelar muchas incógnitas y misterios que encierra este bello idioma de nuestros antepasados incas y preincas. Idioma tantas veces postergado, prohibido, afrentado y muchas otras ignorado; pero que, felizmente, como rezan los patéticos versos de Alejandro Romualdo: “Querrán volarlo y no podrán volarlo. / Querrán romperlo y no podrán romperlo. / Querrán matarlo y no podrán matarlo. / Querrán descuartizarlo, triturarlo, mancharlo, pisotearlo, desalmarlo. / Querrán volarlo y no podrán volarlo. / Querrán romperlo y no podrán romperlo. / Querrán matarlo y no podrán matarlo. / Al tercer día de los sufrimientos, / cuando se crea todo consumado / gritando ¡LIBERTAD! sobre la tierra ha de volver. / ¡Y no podrán matarlo!” Así, el inmortal RUNASHIMI se yergue aún orgulloso, desafiante y polémico, especialmente en nuestra histórica Ciudad del Cumbe, escenario inolvidable de la alevosa muerte del regio Inca Atahualpa.

Cajamarca, abril de 2007






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1 comentarios:

Anónimo dijo...

quiero felicitar a lucho cerna, a quien fue mi profesor en el curso semiótica en la facultad de educación. estuve revisando algunos artículos relacionados al sustrato quechua cajamarquino, y me dí con la sorpresa de su importante aporte para los lectores,
un abrazo prof.
saludos desde moyobamba Perú
att. Edil Ademir Delgado Tello.