La polémica y genial exhibición de Von Hagens llegó a Lima - Perú.
Sería necesario que alguien la llevara -trajera- a provincia.
En nuestra política habrían varios candidatos a la plastinación obligatoria.
Mientras tanto, Beto visita la muestra artística (vía Perú21):
Son los muertitos los que te reciben desde el instante en que entras a El Cuerpo Humano; real y fascinante. Muertitos jugando béisbol o leyendo el diario. Muertitos mostrando orgullosamente los abductores, las vértebras o el páncreas. Muertitos divididos en mitades que se miran casi besándose o rebanados al infinito como en una pintura de Dalí. Plácidas mujeres embarazadas con el útero expuesto. Bebés siameses. El cerebro de un congresista. Pulmones tiznados a muerte por la nicotina. El esqueleto del feto. El corazón del embrión. Y los que más extasiados contemplan todo son los niños.
El responsable: Gunther von Hagens, anatomista alemán e inventor del plastinado, una técnica de momificación que ha logrado atraer a más de 30 millones de visitantes en todo el mundo y recibir 10 mil donaciones voluntarias de cuerpos, amén de un centenar de juicios y amenazas de muerte. Pero él, que se considera, ante todo, un educador, no les teme: “Yo presento un hígado como un hígado, nunca transformaría un pene en revólver o un cráneo en florero. El cuerpo es bello siempre. El cuerpo nunca miente.”
“¿Y qué hacen con las partes del cuerpo que no utilizan?” –le preguntó un reportero sensacionalista al que gustosamente habría embalsamado vivo. “Algunos los curtimos con sal a la intemperie y nos los comemos para navidades” –ironizó Von Hagens declinando abundar en las razones por las que la Iglesia Católica rechazó de plano su bien intencionada pero polémica propuesta de plastinar al papa peregrino.
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