Entrevista a Teodoro Rivero-Ayllón, a propósito del legado de Haya, el actual Apra y el gobierno de García

Por Ybrahim Luna



¿Ha sido difícil mantener el legado de Haya de La Torre, o éste se ha perdido inexorablemente?

-No. Yo creo que el mensaje de Haya de La Torre no se ha perdido; sino, que no es conocido. Lo ignora la gran mayoría del pueblo peruano, especialmente los estudiantes y especialmente los apristas, y por ignorancia desconocen ese mensaje.

Haya de La Torre participó de una generación muy especial… ¿por qué esa generación no se reencarna en los jóvenes actuales? ¿Por qué los políticos actuales suelen ver la política como un negocio?

-Ése es defecto, no de los políticos actuales que mal gobiernan el país en estos momentos, incluso en nombre del APRA, sino que es una culpa genética. Habría que preguntarnos por qué el mensaje de Cristo, salvadas las diferencias que puedan haber con Haya, es el más grande de la Historia. Y sin embargo, toda Europa, toda América, gran parte del mundo se jacta de ser cristiano, nos jactamos de ser cristianos. Pero ¿somos realmente cristianos? ¿Cumplimos con el mensaje? Ni siquiera la Iglesia. Todo el mundo sabe que el cristianismo predica de labios para afuera una cosa, pero que no tiene que ver absolutamente nada con lo que el maestro y fundador de esa doctrina extraordinaria predicaba.


¿Qué opinión cree que haya tenido Haya de La Torre respecto a la política externa de Estados Unidos?

-El pensamiento de que frente a Estados Unidos había que estarse con cuidado. Por eso sus primeras obras son contra el imperialismo, tanto como pensamientos y libros, que los ha escrito y muchísimos, y eso lo mantuvo hasta que llegó a la Constituyente del año 78. Él se mantendría antiimperialista y de una manera positiva, en el sentido de que él decía que la única y efectiva forma para lograr luchar contra el imperialismo era uniendo a los pueblos desde México a la Patagonia austral. Y para mí, esa es la más grande de las verdades.

Para la política actual, Haya es más una excusa que una referencia…

Lo que se está haciendo ahora con el gobierno aprista no tiene que ver nada, ¡nada!, con Haya de La Torre. Tan nada, que el APRA es el único partido que se opone a que la Constitución de 1979, que Haya de La Torre firmó moribundo ya, se ponga en vigencia. Porque esa Constitución representa su propio pensamiento.


¿Cómo hubiese sido tratado actualmente Haya de La Torre por la prensa?

-Bueno, no hay que confiar en la prensa, en primer término. Yo soy periodista desde hace más de cincuenta años, y puedo decirle que la prensa es una farsa. Porque, en primer lugar, los jóvenes que trabajan para los periódicos del Perú, por regla general no son pagados. Le digo porque yo he pasado por ese aprendizaje, siempre quería que mi nombre figurara en la prensa, y si los periódicos han prosperado es en base a los llamados periodistas; pero, qué puede usted confiar de un joven de veinte, treinta años como era yo entonces. ¿Cuál es la responsabilidad que como periodista yo tenía? Lo de Magaly no estoy hablando (risas), ya esa es la prostitución del periodismo. Pero no hay que esperanzarse en la prensa.

Pero hubiese sido tratado como alguna vez fue tratado, como “revoltoso”…

-Es cierto a Haya de La Torre lo atacaron por eso…


¿Qué recuerdos tiene del Haya periodista?

Un periodista sano, que predicó a través de eso y buscó ejemplos probatorios de que la justicia puede alcanzarse. Él era un optimista relativo. Era un optimista relativista, diríamos, en el sentido de que él confiaba en el porvenir.

¿Haya de La Torre era un hombre combativo, también de campo, en la calle, o era un combatiente más intelectual?

-De todo. Si es el hombre más completo…

Pero, digamos que al final a Haya se lo criticó de inconsecuente con lo que predicaba y se volvió más conservador…

-Yo creo que ciertas circunstancias evidentemente cambiaron; pero, que él lo hiciera por interés personal, jamás. Porque si se tratara por interés personal,…yo he visto donde Haya vivía, he estado alojado en Villa Mercedes, en donde vivió, y sé como vivía, y he estado en Bruselas, donde él estuvo desterrado ocho años; y desde acá, yo mismo pensaba lo que usted piensa. Cuando yo era joven, y estudiaba en el San Juan, dije: claro, un hombre que viaja por el mundo, ¿y de dónde va a sacar dinero? Un hombre que está en Paris, en Bruselas, que está en Roma, etc. Pero, después que a mí me ha tocado hacer ese recorrido, yo mismo me pregunto de dónde ha sacado plata Teodorito para poder hacer ese largo recorrido, darle tres veces y media la vuelta al mundo, vivir tres años, cosa que Haya no hizo, en Irán, haber tomado el té con Indira Gandhi, mi caso, haber vivido once años en China… ¿De dónde he sacado plata? Cuando los de Ascope me conocen que hasta los trece años yo anduve descalzo. Entonces, ahí yo comprendí que los viajes de Haya de La Torre se los debía, a su talento, él daba conferencias, porque siempre trabajó.

¿Usted lo conoció personalmente?

Del cuarenta y seis hasta su muerte.

¿Qué aspecto recuerda más de su personalidad?

-El aspecto más notable de su personalidad es que era un gran sabio. Muy modesto, y tercero, un hombre muy generoso. Una generosidad que no he visto.

¿Le molestan los, como decirlo, los comentarios, la chismografía periodística que habla sobre su vida amorosa?

-Completamente. Si eso es absurdo.

¿Era cierto y tal el misoginismo de Haya?

-No. Yo no creo. Mire, Haya de La Torre no fue misógino. Lo que sí, Haya de La Torre sabía, conocía de la naturaleza humana, mucho. Un hombre sabio, realmente un sabio. Le puedo decir una cosa, la novedad, el periodismo de este Angulo, cuyo apellido suena mal, porque rima mal y huele peor. Entonces yo lo que quiero decir es que el periodismo sano no puede entrar por esas cosas, no porque yo denigre del homosexual, pero en el caso de Haya de La Torre, ¡no! Haya de La Torre tuvo una obsesión única. Eso si le puedo decir por lo que he conocido. Así como hay como quien se dedica, como Vallejo, a la literatura como una pasión total, que si se casó –Vallejo- fue porque realmente creyó que eso era contribuir a su obra, a su porvenir literario. Porque sin Georgette no hubiera llegado a donde llegó. Eso ya se está esclareciendo.

¿Se tomaría un café con el escritor Toño Angulo Daneri?

-Pero porque he de tomarme un café con gente indecente, con gente que no merece.

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