El otro Gonzalo Iwasaki

¿Cómo se recursea un periodista que siempre cae de pie?

Averígualo gracias a Reportaje al Perú de Pao Ugaz:

"Iwasaki fue el hombre de prensa de Zevallos después de que el gobierno de Estados Unidos lo incluyera en junio de 2004, en el Kingpin Act, nombre con el que se conoce a la lista de cabecillas narcotraficantes mas importantes del mundo.

De acuerdo a fuentes vinculadas a la investigación que se le siguió a Zevallos, Iwasaki defendió a “el lunarejo” cuando Estados Unidos le había bajado el dedo, incluso Jorge Chavez Montoya “Polaco” reveló a los investigadores de la banda de narcotraficantes de Zevallos, que era común ver a Iwasaki en la oficina de Zevallos en Aerocontinente y que en mas de una ocasión, habló con él.

Iwasaki que funge de periodista cada mañana en el programa estelar de Panamericana Televisión, fue el hombre que le cuidaba la espalda en los medios de comunicación a Fernando Zevallos, quien si no lo hemos olvidado ha sido procesado por dirigir una banda de narcotraficantes; así por ejemplo, Iwasaki intentó “mediar” ante las periodistas británicas Sally Bowen y Jane Holligan, cuando “el lunarejo” les había abierto un juicio por difamación.

Es por ello, que en un reciente viaje a Lima, fuentes vinculadas al pensamiento de Bowen y Holligan, expresaron haberse quedado estupefactas al saber no solo que Iwasaki había salido indemne de polvo y paja del caso Zevallos, sino que ahora es el conductor de “Buenos días Perú”, programa en el que aparece como un conductor serio y con credibilidad.

La anécdota que recuerda una fuente vinculada al pensamiento de Sally Bowen es que un día antes del careo con el narcotraficante Fernando Zevallos; Gonzalo Iwasaki la citó en un café miraflorino y le pidió “solucionar de buenas maneras” la querella que le realizó “el lunarejo” a Bowen por un millón de dólares y no hacer un escándalo del hecho.

Incluso, Iwasaki se comunicó en ese momento con su entonces jefe Fernando Zevallos y busca pasar el teléfono a Bowen; hecho que la periodista británica rechaza tajantemente y con palabras altisonantes. (...)".

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